Infraestructuras culturales

La Biblioteca de Andalucía crece al ritmo de 10.000 títulos por año

  • El depósito legal obliga a almacenar un ejemplar de cada publicación 

  • Los diarios cuentan sólo el primer número pero se archivan todos los días

Fondos de la Biblioteca de Andalucía.

Fondos de la Biblioteca de Andalucía. / Carlos Gil

Los problemas de espacio de la Biblioteca de Andalucía, que comparte edificio con la Biblioteca Provincial, son los que han motivado que sus responsables barajen desde hace tiempo la búsqueda de un nuevo edificio. El delegado de Cultura y Patrimonio, Antonio Granados, cuenta que como solución inmediata se ha planteado la ampliación de la capacidad de almacenamiento con unas naves situadas en las afueras de la ciudad mientras se encuentra el lugar adecuado en el centro.

El delegado de Cultura señala que la causa de estos problemas de almacenamiento radica fundamentalmente en el depósito legal. Se trata de institución jurídica que permite, tanto al Estado como a las Comunidades Autónomas, recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo reproducidas en cualquier clase de soporte y destinadas por cualquier procedimiento a su distribución pública.

La finalidad de esta medida es cumplir con el deber de preservar el patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital en cada momento histórico. Y también permitir el acceso al mismo con fines culturales, de investigación o información, o de reedición de obras.

Con esta figura se persigue también el control estadístico de la producción editorial y la constitución de colecciones bibliográficas regionales o locales.

La persona o entidad obligada dispondrá de un plazo de dos meses para la entrega de la obra, a contar desde el día siguiente al de la notificación de la asignación del número de depósito legal y, en todo caso, antes de la distribución o venta de la misma

La normativa vigente en materia de depósito legal en Andalucía viene regulada por la Ley de 2011, que entró en vigor en enero de 2012. Sin embargo, el depósito legal es una figura muy antigua. Se creó en Francia e Inglaterra en el siglo XVI. Consistía en dejar en depósito en la biblioteca del rey un número determinado de ejemplares de cada obra editada en ese país. Javier Álvarez, director de la Biblioteca de Andalucía, explica que "entonces, además de para conservar el patrimonio, servía también como instrumento de censura”, apunta.

En España, Felipe V, por Real Cédula de 15 de octubre de 1716, concedió a la Biblioteca Real (actual Biblioteca Nacional) el privilegio de recibir un ejemplar de cuantos libros y papeles se imprimiesen en el país. Esta norma se mantiene desde entonces.

En 1761, se establece que los impresores deben entregar un ejemplar de todo lo que impriman antes de poner a la venta la obra. Y en 1938, se incluyen, entre el material que debe entregarse, las reproducciones fotográficas, las obras cinematográficas y las piezas de gramófono. Ya en 1945 ya se ingresan los primeros discos.

Javier Álvarez explica que la Ley de 2011 implicó algunas modificaciones. Antes de su entrada en vigor la obligación del depósito legal recaía en el impresor, lo que obligaba a editoriales nacionales afincadas en Madrid o Barcelona pero que imprimían en Andalucía a realizar el depósito legal en esta comunidad. A partir de la norma de 2011, el depósito legal recae en el editor.

A partir del 2011 la obligación del depósito legal recae en el editor

Esto redujo drásticamente el número de nuevos depósitos editoriales que recibía la Biblioteca de Andalucía –que almacena en su sede en Granada lo de toda la comunidad– que pasó de los 20.000 ejemplares de 2008 a los 9.941 según los datos de 2018. Eso, unido a la publicación en “soportes no tangibles”, ha permitido reducir la recepción. “Hemos bajado aparentemente el volumen de incorporaciones”, explica Álvarez, quien señala que el auténtico problema de espacio lo generan las publicaciones periódicas, como las revistas y muy especialmente los diarios.

Por ejemplo, este mismo medio, Granada Hoy, cuenta sólo como una sóla entrada en el depósito legal (el primer número) pero la Biblioteca de Andalucía tiene la obligación de recoger ejemplares diariamente. Y en los periódicos que hay varias ediciones, como es el caso del Diario de Cádiz, uno de cada uno. Según el director, serán estos fondos de hemeroteca los que se lleven probablemente a las afueras.

Además, Álvarez explica que también tratan de conseguir un ejemplar de cada una de las publicaciones que los autores andaluces más notables realizan fuera de la Comunidad, una política que no genera tantos problemas de almacenamiento y que se seguirá manteniendo.

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