Las fiestas patronales de Pechina cierran, a nivel comarcal, el ciclo de primavera. Un ciclo que comienza en marzo en Benahadux, y sigue en mayo, con las de Huércal de Almería, para finalizar en Pechina, en unas fechas en las que la primavera se muestra en todo su esplendor y la bonanza climática invita a salir a la calle y tomarla en son de fiesta.

Como actividad singular hay que destacar, por su creciente poder de convocatoria, la Romería del Santo Patrón: San Indalecio, organizada por la asociación Cultural Urcitana y celebrada en el día de la festividad, pero que este año se traslada al viernes, día 14 y que va desde la Iglesia Parroquial hasta su ermita situada en la rambla del mismo nombre.

Pasados unos minutos de las siete y media de la tarde, salía del templo parroquial la imagen de San Indalecio -que este año no irá en una barquita como otros años- dirección a la ermita que lleva su nombre. Desde su salida, el patrón estuvo compañado por muchos feligreses que junto a las autoridades municipales peregrinaron tras su trono hasta alcanzar el santuario. Un corto, pero intenso recorrido en el que algunas romeras vestían bellos trajes de gitana.

Ya en la ermita de San Indalecio, los cientos de romeros asistieron a una santa misa en honor al patrón y a la tradicional ofrenda floral con la que los pechineros muestran su devoción al santo y con la que demuestran su agradecimiento por lo bueno que les confesa.

Cuenta la leyenda sobre San Indalecio que cuando este santo varón desembarcó en la rambla su huella quedó grabada en una piedra como testimonio de su grandeza, y junto a ella, donde se dice que fue sepultado, está edificada la ermita.