Los equipos españoles profesionales, de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, entraron ayer en la última fase previa a la vuelta de la competición el próximo jueves 11 con las primeras sesiones de entrenamientos al completo.

Fueron cerca de 80 días sin que las plantillas trabajaran todas juntas por la pandemia del coronavirus, que detuvo la competición a principios de marzo. Concretamente, el último encuentro que se disputó fue el 10 de dicho mes en Ipurua, ya a puerta cerrada, entre el Eibar y la Real Sociedad, un partido que había quedado aplazado de la jornada 24 de Primera División. Dos días antes se completaron las jornadas 27 en la máxima categoría y la 31 en Segunda.

Este paso es el último antes del retorno después de que a principios de mayo todos los clubes se hicieron las pruebas médicas y los test y comenzaron los entrenamientos individuales. El 18 empezaron los trabajos en grupos reducidos, de hasta diez jugadores, y en la siguiente semana se ampliaron a 14. Ayer comenzó la cuarta y última fase dentro del protocolo de entrenamientos elaborados en coordinación con el Consejo Superior de Deportes (CSD) que desembocará en el reinicio de la competición con el derbi Sevilla-Betis y el segundo periodo del partido suspendido Rayo Vallecano-Albacete, de LaLiga SmartBank. En la máxima categoría quedan once jornadas por delante, "11 finales" como lo calificó Lucas Vázquez, jugador del Real Madrid, que lucha por el título con el Barcelona y que intentará revertir la situación tras ceder el liderato en la última jornada disputada antes del parón al perder en el Benito Villamarín ante el Betis (2-1).

El reencuentro con la competición de los madridistas, que están a dos puntos del Barcelona, será frente al Eibar, partido que se jugará en el Alfredo di Stéfano de la ciudad deportiva de Valdebebas por la profunda remodelación a la que está siendo sometido el Santiago Bernabéu y que, según Lucas Vázquez, lo deben afrontar como "un punto de partida para esas 11 finales" que les quedan y que intentarán sacar adelante para hacerse con el título.

Zinedine Zidane, tras conceder el fin de semana de descanso a sus hombres, trabajó con el grupo al completo 81 días después y pudo disponer un partido de 12 contra 12 en el que no participaron Mariano, Nacho ni Jovic.

La imagen de los jugadores en círculo en el campo de entrenamiento fue una de las más repetidas en esta vuelta a la casi normalidad. Así apareció también el Barcelona en la ciudad deportiva Joan Gamper. Quique Setién comprobó la progresión de Umtiti, quien se lesionó en un sóleo hace tres semanas y completó al mismo ritmo que sus compañeros casi toda la sesión. La cuestión de las lesiones en este periodo preparatorio y cuando comience la concatenación de partidos es una de las que más preocupa. Los problemas musculares están a la orden del día. Todos los entrenadores, en mayor o menor medida, están teniendo bajas.

Por ejemplo, Asier Garitano, técnico del Alavés, no pudo contar con Lucas Pérez ni con Ismael Gutiérrez y Luis Rioja en el primer entrenamiento grupal, al igual que Sergio González, preparador del Valladolid, que tiene a Óscar Plano, Javi Sánchez y Waldo haciendo trabajo individual y de momento no puede preparar con ellos los dos primeros duelos de la vuelta, trascendentales por la permanencia, ante el Leganés en Butarque y el Celta en el José Zorrilla.

Joao Félix avanza en su recuperación de un esguince en la rodilla derecha sufrido hace una semana. Es conocido que no podrá estar en San Mamés ante el Athletic por sanción, pero se prevé que esté a disposición de Diego Pablo Simeone para la visita en Pamplona a Osasuna. Las gran duda es la de Correa, que arrastra desde hace días una lesión muscular.

Otro argentino, el Chimy Ávila, ofreció la cara alegre del lunes al volver a trabajar en El Tajonar tras sufrir una grave lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda a finales de enero en el partido ante el Levante. No obstante, trabajó en solitario, al igual que tampoco se ejercitaron a las órdenes de Jagoba

Arrasate otros tocados como Rubén García, Kike Barja, Rober Ibáñez y Jon Moncayola. Osasuna guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Covid-19, como también hicieron Valladolid y Levante, que sigue además pendiente de saber si puede entrenarse antes de reanudar la competición en el estadio Camilo Cano de La Nucía, donde jugará sus partidos como local.