UD ALMERÍA 2-1 UD LOGROÑÉS

El Almería certifica el play-off con un sufrimiento innecesario ante el Logroñés (2-1)

  • Gran primera mitad de los rojiblancos, con goles de Sadiq y Chumi, que casi tiran por la borda en la segunda con el enésimo fallo defensivo en la salida de balón, que permitió a Leo Ruiz acortar distancias

  • Sadiq falló un penalti en el 45' y el árbitro se comió otro de Bobadilla sobre el nigeriano en el 57'

Sadiq se estira para empujar el balón y lograr el 1-0 a pase de Morlanes

Sadiq se estira para empujar el balón y lograr el 1-0 a pase de Morlanes / Javier Alonso (Almería)

El Almería volvió a jugar al doctor Jekyll y mister Hyde. Los rojiblancos fueron una jornada más ese equipo de dos caras que deslumbra en la primera parte y es capaz de tirar por tierra todo el trabajo en la segunda con su obsesión por arriesgar en exceso en la salida de balón, circunstancia que nuevamente facilitó al rival recortar distancias y meterle el susto en el cuerpo a los aficionados. El 3-0 se perdonó tantas veces que volvió a tocar sufrir, pero esta vez con el premio de la clasificación matemática para el play-off de ascenso gracias al empate del Sporting en Fuenlabrada.

Rubi lanzó varios mensajes en su alineación inicial. En primer lugar mantuvo a Makaridze pese a las críticas generadas por su peligrosa tendencia a recortar rivales dentro del área pequeña. En defensa optó por formar con el bloque llamado a disputar el play-off de ascenso introduciendo a Chumi por Cuenca (se va con la sub-21) y retomando a Balliu y Akieme en las alas. En la media probó qué mezcla hace De la Hoz con Morlanes y en el frente de ataque mantiene su fe ciega en el tridente Lazo-Ramazani-Sadiq, con Carvalho de nuevo ejerciendo de enganche en un puesto donde también ha testado a Robertone y Aketxe.  

Todos los movimientos le salieron a pedir de boca al técnico catalán en la primera parte. Tanto es así que a los dos minutos de juego ya mandaba en el marcador gracias a un pase mágico de los que solo sabe describir Morlanes sobre el desmarque de Sadiq, tan bien tocado por encima de la zaga que el nigeriano únicamente tuvo que acariciar la pelota con la plantilla de la bota para enviarla a la red por debajo de las piernas de Santamaría.

El gol tuvo su efecto liberador y el Almería, pese a los numerosos cambios introducidos, empezó a sentirse muy cómodo, gracias en buena medida a la labor gris de De la Hoz desde el puesto de pivote posicional, que permitió más libertad de movimientos a Morlanes, lo que redundó en mayor lucimiento del todocampista maño. Había fluidez en el juego, con Akieme contribuyendo desde el costado zurdo con continuos desdoblamientos por su banda y Lazo ofreciendo su mejor versión en muchas jornadas, devolviendo así la confianza de Rubi desde que aterrizó en el banquillo.

El segundo era cuestión de tiempo y llegó a balón parado, otra suerte que es bueno engrasar de cara a la promoción de ascenso. Lazo puso el balón en el corazón del área y Chumi se alzó por encima de todas las cabezas para enviar un testarazo seco a la red y celebrarlo diciendo 'aquí estoy yo'. Era la séptima asistencia liguera del sanluqueño, al que se le vio tan suelto como solía actuar el curso pasado. Al punto de que rozó el 3-0 en el 34' con una bonita picada que se fue alta por poco y justo un minuto después en una internada por su banda que atajaba con el pie Santamaría. 

El Almería tenía instinto asesino y buscó el tercero antes del descanso. Lo mereció en una acción coral en la que participaron varios futbolistas, una triangulación que empezó en la banda diestra y acabó culminándola Akieme en el costado opuesto con un buen remate cruzado que se marchó rozando el poste. El Logroñés se veía desarbolado ante el ciclón rojiblanco cuando Andoni López cometía penalti sobre Ramazani. Sadiq se dispuso a lanzarlo, pero el de Kaduna no acaba de tomarle el pulso a los once metros y fallaba la pena máxima, impidiendo sumar su 21º diana. 

Lazo cuajó uno de sus mejores partidos del curso; solo le faltó el gol Lazo cuajó uno de sus mejores partidos del curso; solo le faltó el gol

Lazo cuajó uno de sus mejores partidos del curso; solo le faltó el gol / Javier Alonso (Almería)

Había que evitar por todos los medios saltar al segundo tiempo con la 'empanada' del día del debut de Rubi ante el Oviedo y lo cierto es que rondaron aquellos fantasmas cuando el Logroñés dispuso de una clara para ponerse 2-1 a las primeras de cambio. Fue en un disparo al borde del área que tras rebotar en un futbolista riojano Bobadilla mandaba fuera de cabeza con toda la portería a su favor. 

El partido seguía eléctrico y la respuesta unionista llegó en botas de Lazo, en otra acometida del gaditano por su banda en la que se plantó ante Santamaría y el arquero volvía a desbarartar la ocasión del 3-0 con una buena parada a su disparo raso sin mucha dirección debido a la presión que ejercía Unai Medina en la carrera. 

El partido era un continuo reparto de golpes en un frenético ida y vuelta. En la siguiente jugada Sadiq se introdujo en el área y Bobadilla lo agarró claramente, desequilibrándolo lo suficiente como para no poder rematar con solvencia, aunque como quiera que el nigeriano no se dejó caer tanto el árbitro como el VAR miraron para otra parte.

El que perdona lo termina pagando y como quiera que el 3-0 no llegaba lo que cayó fue el 2-1 en el enésimo fallo defensivo de bulto de los indálicos en la salida de balón. Makaridze se la cedió a Chumi dentro del área y el central gallego se hizo tal lío con los pies que le entregó el balón al contrario, derivando todo en un cómodo tanto de Leo Ruiz, que traía angustia al Mediterráneo porque el Rayo ya ganaba 0-2 en Castalia, si bien el Sporting no pasaba del 0-0. 

Recién encajado el gol visitante el Almería pudo de nuevo asestar el golpe definitivo al Logroñés, pero un contragolpe con muy buenas perspectivas lo desperdiciaba Lazo eligiendo mal la hora de darle el pase a Sadiq para que lo culminara el africano, facilitando que la zaga cortase una acción que tal vez hubiera requerido de mayor egoísmo por parte del sanluqueño. 

Victoria apurada que pudo y debió ser abultada y que al menos permitirá viajar hasta Gijón el próximo domingo sin los agobios de poner en juego la promoción de ascenso, pero con la plaza final a ocupar todavía en el aire. El equipo se quita también el sambenito de no haber ganado en casa desde el pasado 27 de febrero, cuando se dio el festín ante el Lugo (4-1) y luego entró en dinámica negativa. 

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