En Vallecas tampoco fue la vencida. Pese a un arranque prometedor, en el que el Almería llegó a tener contra las cuerdas a un Rayo con marchamo europeo, los de Rubi bajaron el pistón en la segunda mitad y el conjunto local supo penalizar en el área de Fernando lo que los rojiblancos perdonaron en un aseado primer tiempo en el que bien pudieron adelantarse en el marcador. 

La derrota se cimentó en un desafortunado tanto en propia puerta de Rodrigo Ely en su intento de despejar un córner y se afianzó en una pérdida imperdonable en banda entre Akieme y Robertone (el argentino volvió a cuajar un buen partido) que facilitó el tanto de Álvaro García en el extremo opuesto, donde Pozo no pudo llegar a tiempo al venir de fase ofensiva. Ese gol es el que más le dolió a Rubi a tenor de su análisis postpartido, si bien el técnico catalán pecó de pasividad en las sustituciones (no introdujo cambios hasta que el marcador ya iba 2-0).

La derrota final dejaba un poso amargo por cuanto mantiene el particular maleficio que arrastran los rojiblancos durante el presente curso cuando actúan como visitantes. En diez jornadas lejos del 'Power Horse Stadium' apenas han podido rascar tres empates, lo que arroja un paupérrimo balance de 3 puntos sobre 30 posibles, solo paliado gracias a la buena trayectoria local, donde los de Rubi ocupan el quinto puesto de la Liga con 19 puntos sumados sobre 30 posibles. 

Pozo justo antes de ser recortado por Álvaro García en la acción del 2-0

La permanencia pasa, por tanto, por la Vega de Acá, donde todavía tienen que venir rivales de la enjundia del Betis, Barcelona, Villarreal o Athletic, pero también contrarios que luchan por el mismo objetivo como Cádiz, Valencia, Elche, Mallorca o Valladolid. En esos cinco últimos duelos puede estar la clave de la salvación, pero los rojiblancos tienen que contar con la posibilidad de algún tropezón, lo que provocaría tener que ganar en casa a uno de los fuertes o la hasta ahora misión imposible de vencer a domicilio.

La 'maldición rojiblanca' lejos de Almería se prolonga desde el 8 de febrero de 2015, cuando el plantel entonces entrenado por Juan Ignacio Martínez se imponía por 1-2 en el Nuevo Arcángel de Córdoba con doblete del lateral diestro brasileño Michel Macedo. Ese curso acabó con el descenso a Segunda y desde entonces ya han transcurrido 17 partidos (7 del curso 14-15 y 10 del presente) sin que la UDA ponga una pica en Flandes. 

Con todo, lo peor es la sensación de que esa victoria todavía parece lejana porque las prestaciones del equipo cuando sale del 'Power Horse Stadium' pasan por altibajos de insolvencia, no se atisba un rendimiento lineal que pueda permitirle sacar adelante los partidos sin el calor de su afición. En Villarreal, donde se puso 0-1, es donde quizá estuviera más cerca de lograrlo, mientras que en Vallecas hizo unos 30 primeros minutos bastante meritorios, pero insuficientes para liberar el botín. Toca seguir remando.