Si la fe mueve montañas, el Almería la despacha a raudales. Los hombres de Gracia han sabido reconvertir las caras de derrota y decepción tras perder en Murcia hace un mes en alegría desbocada e ilusión por lograr el ascenso directo el próximo sábado en El Madrigal. 

Para ello bastaba con el empate que presidió el marcador durante buena parte del encuentro frente al Girona, pero la victoria final permite a los rojiblancos asegurar la tercera plaza de la clasificación y partir así con ventaja de campo en un hipotético play off en el caso de que en Villarreal la cara de la moneda sea cruz. 

Los jugadores habían advertido de que el partido verdaderamente importante era el Girona y no les faltó razón. Los catalanes vendieron cara la derrota pese a verse por debajo en el marcador a las primeras de cambio, sorprendidos por la salida en tromba de los locales, que a los dos minutos se ponían por delante con un remate de Charles a centro de Christian, el asistente perfecto. 

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El equipo de Rubi supo aguantar el chaparrón inicial para ir asomando poco a poco la cabeza hasta causar estragos rebasado el ecuador del primer acto. Primero fue un centro de Bordás tras hacer una pared con Acuña que el paraguayo no supo definir pese a que el error en el despeje de Trujillo le dejaba el balón franco. 

A la segunda no perdonó. En una acción casi calcada, esta vez era Felipe Sanchón quien centraba desde la izquierda con el beneplácito de un hierático Gunino para que el sudamericano conectara un cabezazo a la red. 

Los nervios atenazaron en esa fase el conjunto unionista, que no obstante dispuso de otra gran ocasión con un disparo de Corona que, tras golpear en Tébar, se topaba con la cruceta del meta Becerra. La respuesta gerundense antes del descanso estuvo en las botas de nuevo de Acuña, encarando en solitario a Esteban hasta que un decidido cruce de Christian jugándose el tipo abortó la ocasión. 

La segunda mitad trajo la moviola, que visitó ambas porterías. En primera instancia José interceptaba con la mano, despegada del cuerpo, un centro de Iago Falque. Ocón Arráiz interpretó que era involuntaria y apenas cuatro minutos después la polémica se trasladó al área contraria. 

Acuña se marchaba como un acorazado a perforar la meta de Esteban y Trujillo, en su intento de cortar la acción, se llevó por delante al atacante como una locomotora sin frenos. La acción fue tan clara que tal vez al colegiado y su asistente (en posición privilegiada) le hiciera dudar, pero el caso es que no pitó. Como resultado, Acuña acabó pidiendo el cambio con la rodilla afectada. 

El el momento más crítico -la expulsión del central y la pena máxima consiguiente habría sido mortal de necesidad- el Almería encontró un rescate arbitral que tantas otras veces ha padecido en contra. Aturdido el Girona, de ahí hasta el final el dominio fue del Almería, que por medio de Charles buscó con insistencia un tanto de la victoria que se negaba en cada una de las llegadas. La salida de Jonathan resultaría providencial, pues un centro del burkinés lo cabecea Charles en seco a la red a dos para el final. En el descuento Rubén pudo hacer incluso el tercero, pero casi mejor guardarlo para Villarreal...