Un triunfo convincente contra el Sevilla, materializado en el segundo tiempo por el belga Yannick Carrasco y el francés Antoine Griezmann, lanzó a la segunda plaza al Atlético, ganador por ocasiones, determinación y pegada ante un insustancial equipo andaluz, con errores atrás, muchos amagos y una sola ocasión.

Todo dentro de un combate feroz por cada pelota, por arriba, por abajo, atrás, delante o en el medio campo, con intensidad y con un ritmo exigente, incontrolable incluso, derivado en imprecisiones y decaído después, como lo hicieron las oportunidades, sólo una más antes del descanso: una volea de Filipe Luis contra la cruceta.

El déficit indudable y principal del choque fue subsanado de inmediato por el Atlético tras el descanso. Por Vietto, cuya arrancada en medio campo fue un tercio del gol; por N'Zonzi, con ventaja después en la carrera cuerpo a cuerpo con Carrasco y con un error impropio de su fiabilidad; y por el belga, listo para recoger el regalo, sortear a Sergio Rico y abrir el marcador.

En la respuesta en el cuarto de hora posterior al gol, sólo una oportunidad del Sevilla, fruto del balón parado y de un barullo en el área que terminó sin remate. No le faltó al Atlético después, con una jugada que inició Saúl, pasó por Correa, dio profundidad Koke, centró Carrasco y peleó y transformó en gol Griezmann, previo pase de Filipe Luis.