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Bermejo da un respiro

  • Justicia El Poli fue mejor que el Eibar durante todo el partido y logró tres puntos que le mantienen con vida en la categoría Sufrimiento El tanto se hizo de rogar y los celestes acabaron el partido con diez

El Polideportivo Ejido logró un valiosísimo triunfo ante el Eibar que le sirve para prolongar durante una semana más la esperanza de lograr el milagro de la salvación. A los ejidenses sólo les valía el triunfo y lo dejaron bastante claro desde el inicio, buscando la meta rival en todo momento y poniendo de manifiesto que quién más se jugaba en el día de ayer era el equipo que vestía de celeste.

Sin embargo, la victoria se le resistió un poco a un Poli Ejido que apostó hasta por tres cambios en ataque en el once inicial, Bermejo, Kike y Gerardo, siendo el primero de ellos decisivo en triunfo de los ejidenses.

El Poli llevó la iniciativa en el encuentro desde el inicio aunque tardó algunos minutos en poder traducir ese dominio en buenas ocasiones de gol. No obstante, ayer se vio a un Poli más fluido en misiones ofensivas y, casi por primera vez en toda la temporada, con buenas incorporaciones tanto de los centrocampistas como de los laterales por ambas bandas.

Poco a poco, esa insistencia de los celestes fue dando lugar a los primeros acercamientos, aunque ambos llegarían en disparos lejanos. Concretamente, Usero y Kike fueron los primeros en poner a prueba al arquero visitante, Cuéllar, con sendos disparos desde la frontal del área.

El dominio por parte del conjunto celeste era total y absoluto y pronto llegó otra buena oportunidad de nuevo con Kike, muy activo en todos sus minutos en el campo, como protagonista. Tras una buena acción de Bermejo por la banda izquierda, el cántabro dio el 'pase de la muerte' para un Kike que no llegó a rematar por muy poco. Corría el minuto 17.

En el ambiente se mascaba que el tanto ejidense podría llegar pronto y Kike estuvo a punto de conseguirlo siete minutos después. En esta ocasión, el salmantino se encargó de fabricarse, él solito, una jugada personal que culminó con un disparo en el interior del área del Eibar, que el palo izquierdo de la portería de Cuéllar impidió que fuera el primero de la tarde.

A partir de aquí, el equipo ejidense siguió encerrando al Eibar en su campo hasta que llegó el intermedio. Por cierto, un Eibar que estuvo desaparecido hasta los últimos minutos del partido. Pero ese dominio no fue capaz de traducirlo el Poli en ninguna ocasión más de gol antes del descanso. Y eso comenzó a producir, sobre todo en la grada, la sensación de estar ante un guión ya visto muchas veces esta temporada, el de un Poli dominando y con ocasiones que no marca al que le acaban arrebatando el partido en su primer despiste. Al final, se llegó al descanso con empate sin goles.

Y, posteriormente, la segunda parte comenzaría por los mismos derroteros que la primera, el Poli dominaba el esférico y asediaba con centros el área rival, mientras que el Eibar se dedicaba a contener en defensa y aguardar su oportunidad.

Los celestes intentaban por todos los medios buscar ese gol que les permitiera seguir vivos en la competición pero cada vez les costaba más encontrar huecos en la ordenada defensa de los de Mandiola. Y, por este motivo, Castro Santos no tardó mucho en hacer los primeros movimientos en el banquillo e introdujo en el campo a Pedro Vega y a Jorge Molina. Ambos consiguieron aportar frescura en el ataque pero los celestes seguían sin ser capaces de crear ocasiones claras.

En ese momento, se produjo un nuevo contratiempo, la lesión de Bernaus, y el 'míster' celeste decidió jugarse el 'todo por el todo' y metió en el césped a Juli.

El Poli seguía siendo el único equipo sobre el campo pero sus ataques naufragaban en la defensa del Eibar. Pero todo cambió en el minuto 81. En ese instante, Cerra, en una de sus enésimas galopadas por la banda derecha, mandó un centro al primer palo que esta vez sí encontró rematador, Molina. El valenciano remató con la testa el centro y estrelló el balón en el larguero. Pero cuando parecía que la desgracia acechaba de nuevo al Poli, Bermejo consiguió recoger el rechace para, ahora sí, hacer el gol del triunfo.

El tanto desató la rabia contenida en todos los que estaban en Santo Domingo pero los celestes tuvieron que sufrir aún hasta el final. Primero, porque Pedro Vega marró dos claras opciones de sentencia a la contra, segundo, porque el árbitro expulsó a Rodri y el equipo acabó con diez y, tercero, porque Eibar se acordó de que estaba jugando un partido de fútbol a raíz del gol en contra. Pero cuando los vascos quisieron despertar, ya era demasiado tarde.

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