Atletismo

Bolt y Blake se citan en la final de 200 metros

  • Los dos jamaicanos sortearon sin problemas las semifinales para volver a verse las caras. La estadounidense Allyson Félix se proclama campeona olímpica de 200 en su tercer intento.

Los jamaicanos Usain Bolt y Johan Blake sortearon los peligros que entrañaban las semifinales de 200 metros y se citaron este jueves para ajustar cuentas en la final olímpica, cinco días después de librar su primer combate en Londres 2012, en la final del hectómetro. Este miércoles disputaron su quinta carrera en los Juegos de Londres, la segunda en la media vuelta a la pista.

Bolt, ganador de la final de los 100 metros con la segunda mejor marca de la historia (9.63), salió en la segunda serie junto a rivales desconocidos entre la aristocracia de los velocistas. Por la calle seis, Bolt salió lento (192 milésimas), protegiéndose de una salida falsa, luego controló por el rabillo del ojo al surafricano Anaso Jobodwana, el único que se le aproximaba, y se impuso con 20.18, precediendo a éste (20.26) y al ecuatoriano Álex Quiñónez, tercero con 20.37, que pasó en la repesca.

Blake afrontaba un serio compromiso en la primera serie, que compartió con el francés Christophe Lemaitre -bronce en el último Mundial- el estadounidense Wallace Spearmon y el noruego Jaysuma Saidy Ndure. Sólo los dos primeros pasaban directamente a la final. El jamaicano, por la calle de los favoritos, tomó la delantera ya en la curva, penetró en la recta dos metros por delante y se dejó ir en los cuadros, de ahí que se le acercara mucho el estadounidense Wallace Spearmon. Blake fue primero con 20.01, seguido de Spearmon y de Lemaitre, que con un tiempo de 20.03 se veía condenado a esperar hasta que concluyeran las otras dos carreras para saber si obtenía una de las dos plazas de repesca para la final, como a la postre sucedió. En la tercera serie se impuso el holandés Churandy Martina con un registro de 20.17.

Una vez conseguido el primer objetivo en Londres, su segundo título consecutivo de 100 metros, Usain Bolt se ha relajado. No las tenía todas consigo, después de su doble derrota ante su compañero Yohan Blake en los campeonatos nacionales, pero ahora, ante la final de 200, se siente seguro, de ahí que se haya entretenido hablando de su segundo deporte favorito, el fútbol. Declarado seguidor del Manchester United y del Real Madrid, Bolt ha logrado un compromiso de Alex Ferguson, mánager del equipo inglés: el mejor velocista del mundo -bromeó el técnico- podrá pasar una prueba para ver si tiene futuro junto a Wayne Rooney y Chicharito Hernández en los Diablos Rojos.

Allyson recibe la bendición olímpica a la tercera

La estadounidense Allyson Felix obtuvo el justo premio a la constancia al consagrarse campeona olímpica de 200 metros después de haberlo intentado dos veces en una prueba que le ha dado ya tres títulos mundiales. Había perdido las dos últimas finales olímpicas frente a la jamaicana Verónica Campbell y esta vez tenía que vérselas con la renacida Shelly-Ann Fraser, campeona de los 100, pero la norteamericana removió todos los obstáculos para imponer su estilo majestuoso. Sin referencias de sus principales adversarias por la calle siete, Felix no se descompuso con la salida impetuosa de Fraser y ejecutó una recta imponente hasta vencer en 21.88 segundos.

Fraser hizo la mejor marca de su vida (20.09), que al menos le sirvió para imponerse a la segunda estadounidense, Carmelita Jeter, que hubo de conformarse con la medalla de bronce (22.14). "Ha sido muchas veces dama de honor. Ya le tocaba ser la novia", comentó Jeter en alusión a la nueva campeona olímpica. Veronica Campbell, candidata, como antes la pertiguista Yelena Isinbáyeva, a convertirse en la primera mujer que ganaba tres títulos olímpicos consecutivos en una prueba de atletismo, terminó cuarta con 22.38.

La sexta jornada del atletismo proporcionó una pingüe cosecha dorada a los Estados Unidos, que barrió con tres de los cuatro títulos en juego.

Brittney Reese, dos veces campeona mundial de longitud, consiguió la victoria con un salto de 7,12 metros que le dio una ventaja de cinco centímetros sobre la rusa Elena Sokolova, hasta hoy sin medallas en grandes campeonatos. La estadounidense, de 25 años, tomó la delantera en la final con su segundo salto, de 7,12 metros, después de haber arrancado con un nulo, y ya no abandonó su posición privilegiada pese a no mejorar ese primer registro. La lucha por la medalla de bronce tuvo más emoción. La letona Ineta Radevica estuvo en posición de podio desde su primer salto (6,88), pero en el penúltimo turno la estadounidense Janay Deloach le arrebató el tercer puesto por un solo centímetro.

En 110 metros vallas, el estadounidense Aries Merritt destronó al cubano Dayron Robles, que no pudo terminar la carrera por una lesión en el muslo derecho cuando apenas había cubierto la mitad de la prueba. La baja del chino Liu Xiang, eliminado en series tras golpearse contra el primer obstáculo, y la retirada de Robles dejó la final en un mano a mano entre Merritt y su compatriota Jason Richardson, campeón del mundo, resuelto a favor del primero por doce centésimas con un tiempo de 12.92. Desde Atlanta'96 (Allen Johnson) Estados Unidos no había vuelto a conseguir el título.

La única presea dorada que escapó a la voracidad estadounidense fue la de 400 metros vallas. Natalya Antyukh recuperó para Rusia el título olímpico, treinta y dos años después, derrotando a la estadounidense LaShinda Demus, campeona mundial. Desde Moscú 80, cuando venció Irina Privalova, ninguna atleta rusa había ganado el título olímpico de las vallas bajas. La vallista de Leningrado, que fue medallista olímpica de bronce en Atenas 2004, pero en 400 lisos, resistió el postrer acoso de la norteamericana para vencer con su mejor marca personal (52.70) y una ventaja de siete centésimas sobre su adversaria. La medalla de bronce, con un tiempo de 53.38, fue para la checa Zuzana Hejnova.

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