Club Balonmano Cantera Sur Bahía de Almería caía en la quinta jornada de la Primera División Nacional por 35-40 ante Dechoker BM Corazonistas sobre el parqué del Pabellón Municipal de Carboneras, donde la pareja arbitral se encargó de cobrar un protagonismo que debería ser solo de los jugadores.

Pero, por partes, el encuentro comenzó con intercambios anotadores y los madrileños, cuya victoria hay que decir que fue merecida, actuando mejor a todas luces y dominando en el electrónico casi siempre, rompieron ese ‘toma y daca’ inicial con el 3-5 a los cinco minutos y el posterior 4-7 del minuto 7, poniéndose arriba los azulinos a través del 9-8 cumplido el minuto 10.

No obstante, el conjunto de la capital de España recuperó el terreno perdido y la batuta en el luminoso, 11-13 en el minuto 20, creciendo poco a poco su renta hasta el 16-21 con el que se alcanzó el descanso, manteniéndose esa diferencia en los primeros minutos del segundo acto, aunque aumentó a siete mediante el 20-27 del minuto 38 y el 21-28 del 39.

Reacción deportiva y... ¿castigo político?

Fue a partir de ese momento en el que el cuadro ejidense-capitalino sacó energías y redujo la distancia, a pesar de continuar la ristra de exclusiones (entre ellas, una al técnico Antonio Rivera) que los colegiados le propinaron, quedándose incluso con dos efectivos menos, sacando al portero y poniendo en su lugar a un jugador de cancha en la misma para contrarrestar la inferioridad al menos en tareas ofensivas.

De esta manera, gracias a un parcial de 4-0 se pasó del 23-29 en el minuto 41 al 27-29 del 45, disponiendo los canterano-sureños de varias oportunidades de acercarse a un gol, durando dicho resultado hasta el minuto 47. Ahí, una tarjeta roja que vio sin saberse por qué el entrenador local, cortó de raíz la remontada, dando un respiro a ‘BM Coras’ justo cuando más lo necesitaba tras seis minutos sin anotar.

Cercenada la posibilidad de completar lo que hubiera sido una épica gesta, BM Cantera Sur Bahía de Almería siguió luchando y el cansancio tanto físico como psicológico por los acontecimientos hizo mella, incrementándose la diferencia y de nuevo estableciéndose en siete dianas con el 32-39. Todavía faltaba la tarjeta azul que ‘la iglesia quijotesca’ Sánchez Martínez le endosaría a Moisés a tres minutos y medio del final del partido.

Llegados a este punto, en la entidad azulina lamentan el bochornoso espectáculo arbitral (colegiados almerienses, por cierto), sospechando que absolutamente nada tiene que ver con la competición, sino con cuestiones de ámbito político. Es una lástima que árbitros de la provincia intenten castigar en un partido a un equipo concreto por un asunto ajeno a lo deportivo.