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Los 'FF boys' no fallan

  • Juegue quien juegue, este Almería funciona

  • Nuevo recital de Chema, autor de dos pases de gol en otro buen partido colectivo

  • Sergio Pérez abre, Aguza amplía y Rioja apuntilla

Chema, que dio otro recital, conduce el esférico ante la presencia de dos rivales del Reus.

Chema, que dio otro recital, conduce el esférico ante la presencia de dos rivales del Reus. / fotos: rafael gonzález

Cría Fran Fernández una camada en su regazo, amamantada en los campos de Tercera, de la que en un futuro no muy lejano pueden salir varios jugadores punteros para el fútbol profesional a poco que mantengan la humildad que su entrenador les ha inculcado desde la cuna. Estos chicos de FF quieren comerse el mundo y de la mano del técnico zapillero a ciencia cierta que pueden llegar a conseguirlo.

En la desapacible noche copera almeriense emergieron los que la afición ya empieza a conocer bien, Chema y Sekou, pero también compañeros de añada como Callejón, Iván Martos o Sergio Pérez. Todos cumplieron de forma notable, reservando el sobresaliente para la excelencia de Chema.

Atrás quedan las excusas maniqueas de épocas recientes para justificar cualquier pestiño copero en las lesiones, el poco bagaje de los canteranos por el 'salto de categoría' o la conveniencia de tirar la competición para centrarse en la Liga.

La Rosaleda les marcó el camino para abrirse las puertas de la titularidad y todos juegan con la fe de poder alcanzarla. Sin ir más lejos, anoche fueron siete los efectivos del once inicial que el curso pasado militaban en Segunda B o Tercera, incluyendo en dicha nómina a Adri Montoro y el propio Corpas.

Dominaron el duelo desde el principio ante un Reus empecinado en sacar el balón desde atrás de forma enfermiza, sacrificando para la tarea quizá al jugador más peligroso que tengan si llegase a merodear el área más allá del balón parado: Gus Ledes.

En este Almería el esfuerzo no se escatima y el que sale se parte el pecho. Así lo hizo una vez más Sekou, que adelanta por la derecha a Caballero en la pugna por ser el segundo '9' del equipo, dando un recital de cómo recibir de espaldas y descargar a las bandas para la subida de los carrileros. Así lo hizo Callejón, con inusitada jerarquía, acompañando a Trujillo como central zurdo, posición en la que ya lo probó FF en pretemporada. Así lo hizo una vez más Iván Martos, descubierto para el gran público en Málaga, lateral de los que sabe apurar la línea de fondo y poner centros exquisitos. Así lo hizo Chema, con un repertorio inabarcable, sacándose dos asistencias de la chistera. Y así lo hizo Sergio Pérez, con el olfato de estar en el sitio para empujar de cabeza el rechace del meta y llevar el balón a la red en el 1-0.

La segunda mitad arrancó sin embargo con demasiadas concesiones atrás. Está feo recalcarlo una vez más por reiterativo, pero Trujillo sigue sin dar el nivel exigible. Lo peor es que él lo sabe y lleva la procesión por dentro como buenamente puede.

Ayer fue continuamente desbordado por un joven Enri que lo trajo por la calle de la amargura. Fallos en cesiones atrás y en la marca provocaron que Enri y Carbiá gozasen de varias ocasiones, siendo la más clara un disparo al poste del segundo, aunque Fernando tuvo que emplearse a fondo. Desajustes propios de la novedosa mezcla de ingredientes en la coctelera.

Fueron veinte minutos de zozobra en los que Callejón sacó también bajo palos un balón que se adentraba en la red, hasta que la agustia cesó cuando Chema volvió a inventar. El sevillano hilvanó una gran acción ofensiva con Aguza combinando entre sí con pase final atrás para que el catalán fusilara a Pol.

El 2-0 aportaba cierta tranquilidad, pero con Linares recién ingresado al verde el Reus no iba a rendirse con facilidad. Los de Xavi Bartolo siguieron percutiendo con voluntad y Fernando atajó de forma espectacular una intencionada vaselina del propio Linares, que iba a marcar picándola tras aprovechar un fallo grosero de Trujillo.

El Reus se volcó a por el empate con un saque de esquina en el descuento que subía a rematar su portero, pero el contragolpe conducido por Rioja (acababa de entrar en sustitución del lesionado Aguza) significó la puntilla y la petición de otra ronda más.

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