Sofiane Feghouli dio ayer una muestra más de que no tiene la mente puesta en la Unión Deportiva Almería, más aún desde que Roberto Olabe se hiciera cargo del conjunto rojiblanco y el jugador franco-argelino desapareciera del once e incluso de las convocatorias.

Sin ir más lejos, ayer sorprendía a propios extraños que mientras sus compañeros se ejercitaban en las instalaciones del anexo Mediterráneo, Feghouli se marchara a toda velocidad montado en su vehículo a la vista de todos sin que el club ofreciera explicaciones al respecto.

Cuestionado Antonio Fernández Gere acerca de algún problema físico del futbolista, el galeno rojiblanco respondió que el único jugador que había causado baja en el entrenamiento por molestias era el malagueño Juanito, que padecía una contractura en el cuello y de hecho lucía un vendaje neuromuscular en la zona.

No es el primer acto de rebeldía del jugador cedido por el Valencia. A finales de marzo, con José Luis Oltra aún al frente del equipo, Feghouli se tomó la licencia de regresar un día más tarde de lo previsto después de que el técnico diera dos jornadas de descanso.

Entonces fue castigado económicamente y con la multa correspondiente la plantilla llevó a cabo una comida de convivencia. Parece que aquella insumisión no fue un hecho aislado a tenor de la actitud del francés.

Lo que está claro es que Feghouli no ha sabido aprovechar la cesión al Almería como sí lo ha hecho otro compañero suyo, el sevillano Luna, quien ha sido convocado con la selección sub-20. Podría tomar nota.