La modesta selección de Islandia se convirtió en la gran sensación de la Eurocopa al lograr una clasificación para octavos de final con la que muy pocos contaban incluso en el pequeño país nórdico.

Después de derrotar 2-1 a Austria en la última jugada del partido en Saint-Denis, Islandia, un país de apenas 300.000 habitantes, se medirá en octavos ante los inventores del fútbol, Inglaterra, en un choque histórico tras llegar a Francia como debutante en la competición.

Los isleños consiguieron terminar segundos del Grupo F gracias a una definición agónica de Arnor Ingvi Traustason, que marcó en el minuto 94. Con el triunfo, Islandia desplazó a Portugal al tercer lugar tras empatar 3-3 con Hungría, líder de la zona.

La magnitud del triunfo para la historia de Islandia fue tal que su entrenador principal, Heimir Hallgrimsson, dijo tras el encuentro en la rueda de prensa: "Después de hoy [por ayer] van a cambiar el día festivo nacional".

La pequeña isla nórdica había celebrado el viernes pasado su Día de la Independencia (17 de junio de 1944, cuando dejó de pertenecer a Dinamarca) en la previa del segundo partido ante Hungría en Marsella.

"Todos saben cuánto significa esto para nosotros, el sacrificio que hicieron los jugadores", añadió el islandés Hallgrimsson.

En el Stade de France de Saint-Denis, Islandia recibió el apoyo de unos 10.000 hinchas, una cifra significativa para país que tiene una población total de 300.000. Nada menos que un tercio.

"Espero que alguien esté cuidando el país", bromeó luego el segundo entrenador, el sueco Lars Lagerbäck.

La hinchada islandesa se quedó en las gradas y continuó alentando media hora después del pitazo final. Allí se sumaron varios jugadores del equipo, envueltos en la bandera y haciéndose autorretratos de lo que será el día más recordado en la historia del deporte en Islandia.

Los héroes de la calurosa tarde fueron Dadi Bödvarsson, en la primera parte, y Traustason, en la última jugada. Austria había igualado a los 60 minutos con Alessandro Schöpf.

La clasificación fue un premio quizás grande tras un encuentro accidentado, con un nivel técnico de lo más bajo que se vio en la primera fase y en un Stade de France que si bien estuvo prácticamente lleno fue demasiado premio para estas dos modestas selecciones.

De todas formas, no eclipsó el festejo merecido de Islandia. "Tuvimos una mentalidad increíble. Había muchas piernas cansadas pero estamos muy orgullosos de nuestro equipo", dijo Hallgrimson.

Después del gol inicial, Islandia aguantó la embestida austriaca. Y, tras el 1-1, continuó haciendo tiempo ya que igualmente clasificaba como tercera.

Pero el premio final llegó en la agonía de la tarde. Ante la desesperación por marcar y soñar con avanzar, los diez austríacos estaban en campo rival y el arquero Almer envió un centro, pero el balón quedó suelto para un contragolpe bien coordinado por Elmar Bjarnason, que dejó a Traustason solo para definir y concretar la primera victoria en un torneo continental que edificó el milagro islandés.

Con la oportunidad histórica de enfrentarse a Inglaterra el lunes próximo, sólo les restaba a los jugadores celebrar el éxito. "Es increíble que haya 10.000 hinchas de Islandia aquí. Conozco a la mitad de la hinchada, es como festejarlo con tu familia", dijo el defensa Kari Arnason.

Cuando le preguntaron cómo se sentía, el atacante Jon Dadi Bödvarsson sólo pudo decir: "Ni idea. Esto es demasiado". Después de pensarlo un momento, añadió: "Éste es el momento más grande en la historia del fútbol islandés".

Inglaterra es el rival ideal para los jugadores de la isla escandinava, en la que la Premier League es el campeonato europeo favorito. "Somos locos del fútbol inglés, quizás no hay que analizar tanto", advirtió el seleccionador. "Ellos quizás no sepan tanto de nosotros, pero nosotros sabemos mucho de ellos. Siempre los he animado en las Eurocopas, desde que tenía cuatro años", dijo.