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Juanma corta el gafe fuera

  • Ocho meses después Un doblete del alicantino permite al Almería ganar a domicilio por primera vez desde el 31 de agosto del año pasado 43 puntos El triunfo en Santander deja asegurada la permanencia en Primera a falta de 4 jornadas

Con atrevimiento y descaro. Así se ganan los partidos a domicilio y así lo encaró desde el principio el Almería, sorprendiendo a un Racing que no se esperaba la salida en tromba del segundo peor visitante de la Liga según las estadísticas.

Juanma Ortiz y Nieto pletóricos en las bandas y Kalu Uche moviéndose entre líneas le complicaron la vida a la defensa cántabra desde el minuto cero, tanto, que en el primer acercamiento al área los rojiblancos se adelantaron. El nigeriano robó un balón en la banda derecha y la puso para que Juanma voleara.

El Racing pareció no acusar el palo y se encomendó a Munitis para que suministrara balones tanto a Zigic como a Tchité. El serbio no supo aprovechar el único despiste de la zaga almeriense en toda la primera mitad, un fallo en el despeje de Acasiete que dejó el balón muerto al gigante, pero disparó al lateral de la red.

Respondiendo a la efectividad que Hugo demanda a sus jugadores, el Almería aumentó la ventaja gracias a una gran asistencia de Nieto desde la izquierda, que dejó a Juanma en el corazón del área rodeado de contrarios. El alicantino supo revolverse y chutar ajustado al palo haciendo estéril la estirada de Coltorti.

El 0-2 y el sonido de viento en las gradas del Sardinero fueron una causa-efecto. Se nota que los santanderinos no tragan a Juan Ramón Muñiz y aprovechan la mínima para pasarle factura. Eso hizo reaccionar a sus jugadores, que pudieron acortar diferencias, pero Esteban presumió de reflejos ante un cabezazo de Marcano y Negredo despejó en el suelo el disparo que había logrado engatillar Tchité en el posterior rechace. Luego Zigic encontró el larguero.

El Almería empezó a jugar con el resultado dosificando los esfuerzos y bajando algo el ritmo para que no le pasara factura en la segunda mitad en forma de bajón físico, pues en jugadores como Nieto (acusa la falta de ritmo) las señales de asfixia eran evidentes.

Al descanso la incógnita estaba en ver si el Almería mantendría el tipo o se desharía como un azucarillo, tal y como ocurrió en La Rosaleda de Málaga. Muñiz, como Tapia en su día, reaccionó con un doble cambio, pero el efecto no fue el esperado.

El Racing depende en extremo de Zigic para lo bueno y para lo malo. Todos los balones buscan los centímetros del delantero balcánico, pero a esas alturas no siempre se ajusta el remate con precisión. Eso es lo que ocurrió cuando a los 62 minutos un peligroso centro de Óscar Serrano murió en la cabeza de Zigic.

La segunda mitad no tuvo mucha más historia, salvo dos ocasiones malogradas por Uche y Solari y otra en las botas de Serrano. En honor a la verdad, lo único interesante fue ver la pañolada de la afición racinguista a su técnico y el 'perdón' de Hugo a Julio Álvarez, a quien le dio minutos tras varias jornadas en la nevera.

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