Ud almería-celta de vigo

Obra y gracia del Comité (2-2)

  • Un gol de Nolito, que pudo jugar con 5 amarillas porque Competición no se reunió en festivo, le puso las cosas cuesta arriba al Almería. Dos Santos, expulsado sin rigor, baja ante el Málaga.

El Almería fue víctima anoche de errores propios y ajenos, de una cantada en la cesión de Casado a Rubén que facilitó el 0-2 de Santi Mina y de la falta de profesionalidad del Comité de Competición, cuya dejadez permitió que un jugador con cinco amarillas como Nolito disputase el encuentro y abriera el marcador para el conjunto olívico.

Es impropio de la que dice ser mejor liga del mundo que el organismo encargado de imponer las sanciones jornada tras jornada no se reuniera bajo el vil pretexto de que el viernes fue festivo o, puestos a pensar mal, porque no encontraron restaurante donde sivieran el vino que degustan mientras deciden a quien empapelan y a quien exoneran.

El gran damnificado ha sido la UD Almería, fiel seguidor de la ley de Murphy, según la cual si algo va mal todavía puede empeorar. El empate no es la panacea, pero una derrota frente al Celta habría dejado a los de Sergi con respiración asistida y sin margen de error, con la necesidad imperiosa de ganar al Málaga y de tirar una moneda al aire frente a Sevilla y Valencia a la espera de que salga cara.

Saltaron los rojiblancos con empuje, intentando presionar la salida de balón viguesa, pero el equipo de Berizzo está curtido en estas lides y supo desquitarse buscando a Krohn Dehli, su manija en la media, ese futbolista que de ser más alto y guapo estaría sin duda en un grande de la competición porque atesora calidad a raudales.

Los iniciales escarceos locales dieron paso a un progresivo dominio visitante hasta que al cuarto de hora cayó el primero de la noche. Fue por culpa de un rechace de Casado al borde del área cuando intentaba cortar una progresión del danés. El balón cayó en los dominios de Nolito y, sin pensárselo dos veces, el gaditano conectó una volea para salvar la estirada de Rubén. El jugador amnistiado por obra y gracia de Competición  ponía las cosas cuesta arriba.

El Almería intentó reponerse al golpe con un cabezazo alto de Zongo tras córner de Verza y otro desviado de Thievy en centro de Ximo. Los unionistas atacaban con cierta solvencia, pero sufrían atrás al dejarle espacios a los estiletes del Celta. El segundo, no obstante, iba a llegar en un fallo de Casado, que midió mal su cesión a Rubén y Santi Mina no le hizo ascos al regalo.

Ese 0-2 al descanso parecía una losa, pero entonces emergió la figura de Thievy para recortar distancias justo a la vuelta de vestuarios al recoger un rechace de Sergio tras disparo de Ximo en una acción generada por la fe de Zongo en pelear un balón en el área. Poco después el congoleño se las ingeniaba para expulsar a Cabral al ser derribado cuando iba como una exhalación hacia la meta céltica.

Con uno más el Almería se creció y logró el empate gracias al burkinés, remachando en boca de gol un servicio de Hemed, que había recibido en el segundo palo un buen centro de Dubarbier. Por esa ley de la compensación que aplican los árbitros malos, poco duró la alegría, ya que Teixeira expulsaba a Dos Santos sin rigor alguno. En el descuento Augusto aún mandó un cabezazo al palo. Punto bueno, pero ¿suficiente?

 

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