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Rafa contra la estrategia

  • Nadal abre la jornada ante Tsonga antes de que David Ferrer se enfrente a Gasquet.

Jo-Wilfried Tsonga, el jugador de Le Mans, número diez del mundo, abre la tercera jornada de la semifinal enfrentándose a Rafa Nadal en un punto que puede resultar determinante para el curso de la eliminatoria. Porque sobre el tenista balear recaerá la responsabilidad de rematar la faena y lograr el punto que clasifique a España para la final. Si el mallorquín logra la victoria, el quinto punto será un trámite para David Ferrer en su enfrentamiento con Richard Gasquet, pero si Nadal falla, toda la presión caerá sobre la cabeza del jugador de Jávea.

Porque la posible entrada de Tsonga en los encuentros individuales del domingo era algo que pesaba en el ambiente desde el pasado jueves, cuando en una decisión que muchos -incluido el propio Albert Costa- calificaron de sorprendente, Guy Forget decidió prescindir del jugador que llegaba a la semifinal con mejor ranking. El capitán galo apostó por Gilles Simon como número uno, colocando a Richard Gasquet como número dos para la primera jornada de individuales. Tsonga quedaba reservado para el encuentro de dobles haciendo pareja con Llodra en una jugada que Forget justificó señalando que "no es una mano de póker". Al contrario, el capitán francés sabía lo que se traía entre manos. Consciente de la enorme dificultad que entrañaban los dos partidos del viernes, se lo jugó todo a la baza del doble con la esperanza de llegar vivo a la jornada del domingo para entonces tratar de meter presión al equipo español colocando a Tsonga en el lugar de Simon. Pues en ese escenario estamos.

"Que Tsonga haya jugado tan bien hoy ha sido en gran medida por su descanso en estos días", dijo Forget tras el triunfo de ayer, sabedor de que su jugador no había llegado a Córdoba en el mejor momento. Desde que llegó a la ciudad, Tsonga se ha entrenado a un ritmo más suave que sus compañeros, recuperándose de los esfuerzos a los que se sometió en el US Open, donde cayó en cuartos de final ante Roger Federer. Tras esa derrota, el francés ha tenido más días de descanso que Nadal, que tuvo que jugar la final el lunes y que aterrizó en Córdoba en la tarde del martes tras un viaje maratoniano desde Nueva York. En ese importante factor físico puede estar la clave del encuentro de esta mañana.

Todo depende del estado de Nadal, quien apenas entrenó cuatro horas en los días previos antes de despachar el viernes a Gasquet por la vía rápida. Si su capacidad de recuperación en estos dos días le ha bastado para ganar fuerzas, sus opciones ante Tsonga son máximas. Si aún anda con la gasolina justa, el francés ya avisó ayer de su peligro con un juego demoledor.

En los precedentes, el balear domina por 5-2, con la curiosa circunstancia de que nunca se han enfrentado en tierra batida. La última referencia, de este mismo año, es favorable a Tsonga, aunque sobre la siempre incierta hierba inglesa de Queen's. También juega en contra del galo el hecho de que la arcilla no es su superficie favorita, algo que explica el hecho de que este año sólo haya jugado cinco torneos sobre tierra batida, en los que su mejor resultado (en Roland Garros y Madrid) fue caer en la tercera ronda.

Por eso, en condiciones normales Nadal debería ganar y convertir Los Califas en una fiesta sin necesidad de apurar hasta el último punto, pero el estado físico será el matiz determinante. Porque además, todos los precedentes entre ambos tenistas han sido enormemente disputados, y cuatro de ellos han tenido que decidirse en tres sets, siempre con tie breaks de por medio. Sólo dos de esos partidos se han disputado a cinco mangas, con reparto de victorias, una para el francés en el Open de Australia de 2008 y otra para el manacorí en el US Open de 2007, su primer duelo directo.

Y si Nadal falla, entonces toda la responsabilidad recaerá en la raqueta de David Ferrer. El jugador de Jávea, número cinco del mundo, es un valor seguro y tiene todas las de ganar en un encuentro ante Richard Gasquet, 15 de la ATP y al que domina por un claro 5-1 en sus enfrentamientos previos. El alicantino es superior al galo y su tenis es totalmente fiable, pero las condiciones de presión en las que podría llegar con una eliminatoria hipotéticamente empatada a dos convertirían el encuentro en una incómoda ruleta rusa.

Hay más datos para huir de la confianza. Ferrer no se encuentra con Gasquet desde hace dos años, cuando le derrotó cómodamente en Shanghai. Sólo uno de esos precedentes se disputó sobre tierra batida, y para eso hay que remitirse a 2004, siete largos años desde que ambos se vieron las caras por primera vez. Pero nada de eso importará si Rafa cumple y coloca a España en la final.

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