El Almería, líder destacado de LaLiga SmartBank, pone el domingo a prueba su buena racha con la visita al Estadio de los Juegos Mediterráneos del Burgos, un rival que perdió como local ante el Zaragoza (0-1) en la jornada intersemanal y que se ha metido en apuros, a dos puntos de los puestos de descenso.  

La formación andaluza, de vencer, encadenaría la quinta jornada consecutiva con triunfo, lo que le permitirá mantener o mejorar la ventaja sobre el tercer puesto. El equipo acude a esta cita con el buen estado mental que producen las victorias, más aún si llegan como en el último partido ante un directo rival como el Sporting, al que logró vencer a base de un planteamiento inteligente, además concediendo poco. En El Molinón sumó su segundo triunfo consecutivo sin encajar y sin apenas conceder.  

La cita, de todas formas, llega con el añadido de la baja de Dani Carriço. El jugador portugués tiene una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha que requiere una larga recuperación como así lo han determinado las pruebas médicas a las que se ha sometido. 

 Eso supone un déficit en la demarcación de centrales diestros, para la que únicamente está Chumi, para el que Rubi asignó descanso en Gijón, pero que tuvo que jugar desde el minuto 13 y que, sin descanso, deberá ser elegido para el partido del domingo.  También cabe la posibilidad de que el técnico catalán conceda descanso a De la Hoz, Samú Costa y Portillo, que vienen jugándolo todo en las últimas jornadas, con opciones para el almeriense Javi Robles a la titularidad como mediocentro. 

Robertone y Villar podrían reaparecer tras superar sus respectivas lesiones

El equipo, que entrenó este sábado a puerta cerrada, valora la posibilidad de que tanto Juan Villar, lesionado ante la Real Sociedad B, como Lucas Robertone, que tuvo que retirarse en el partido frente a la UD Las Palmas, puedan estar en la convocatoria para el envite.  

El Burgos deberá emplearse a fondo para intentar conseguir una victoria ante el líder de la categoría de plata del fútbol español que les reponga de la última derrota en casa ante el Zaragoza. Los burgaleses afrontan uno de los encuentros más complicados en su vuelta al fútbol profesional, ante un equipo que está confeccionado para conseguir el ascenso.  

Y lo hará tras la dura derrota de el pasado jueves ante el Real Zaragoza en El Plantío, donde los maños consiguieron un único gol en la única ocasión que tuvieron, mientras que el Burgos planteó un partido serio que podía haber ganado.  

Los blanquinegros están necesitados de una victoria tras dos derrotas consecutivas, y aunque no sea la jornada más propicia para conseguirlo, el equipo del Arlanzón deberá hacerse fuerte en uno de los campos más complicados de Segunda División.  

El cansancio acumulado también es otro de los factores que puede poner en riesgo que el equipo burgalés haga un buen fútbol, pues en apenas siete días acumula muchos kilómetros y tres partidos en sus piernas.