RUGBY | DIVISIÓN DE HONOR B

URA Playcar rescata un punto ante Ingenieros Industriales (24-30)

  • El proyecto de ascenso madrileño se muestra sin fisuras ante unos cruzados que siguen muy lastrados por las bajas y que se aferran al carácter y al Juan Rojas para incluso igualar a ensayos 

Una acción del partido en el Juan Rojas.

Una acción del partido en el Juan Rojas. / Paco Alonso / GO DEPORTE (Almería)

Lo justo es reconocerle al adversario que está uno o dos pasos por delante, superior y con las ideas muy claras, pero también lo es recordar las ausencias de alto nivel a las que Unión Rugby Almería Playcar está teniendo que poner solución. Jugadores a los que se les pide medirse a los mejores cambiados de posición, y que cumplen, y a los que cabe la ovación final que el Juan Rojas, en su primer ‘rugido’ después del tiempo robado por la pandemia, les propinó. Fue compartida, porque tras un partido muy duro, de mucho contacto, de tensión y de nervios, la afición almeriense elevó todavía más el gratificante pasillo con el que los dos equipos se reconocieron mutuamente. Oval puro, y poco más que añadir, con un marcador de 24-30 y rescate final de un punto para los de ‘Falu’, que además hicieron los mismos ensayos, cuatro, que su rival, y ganaron la segunda parte, si esa expresión tiene cabida, por 24-15.

Cabeza alta y a crecer, de nuevo erráticos en sus estáticas, firmaron los cruzados una mala primera parte que les costó la derrota. En ella Ingenieros Industriales Las Rozas mostró una alta eficacia cuando pisó 22 contraria. De hecho, el primer ensayo vino de una melé a favor almeriense cerca de la propia zona de marca, robo en la introducción del balón. Demasiado pronto para hacer añicos el pronóstico de un partido cerrado. Se buscó el try mediante maul, pero con buena defensa visitante para la desarticulación y más robo del oval. A la media hora el marcador era de 0-15, redondeando con una patada sencilla a palos un segundo ensayo en otro error almeriense y buen desarrollo madrileño, y así se llegó al descanso, aprovechado por el técnico hispano-argentino al máximo para intentar dar un giro a una situación que no le gustaba nada.

A la vuelta, en ese sentido, se vio cambio de plan, más velocidad en el pase local, y se ensayó a la primera por el alá desde touche y maul, pero la respuesta fue rápida y certera, patada dentro y try transformado de los madrileños, tirando de un gran talento individual también. No se arrugó un Unión Rugby Almería Playcar, muy distinto al de la primera mitad, y se calcó la entrada por la izquierda, esta vez con Pablo Calatrava en el papel de estilete. Una mala elección metidos en cinco propia conllevó a una melé a la que Industriales sacó un gran partido, puesto que hizo su cuarto try y aseguró ganar un duelo que había subido mucho las pulsaciones. La contundencia en el contacto, en el último suspiro hizo el más fuerte a Lucás Melián, percutiendo en el 77 para que en la zona de marca entrase el centro vestido de ala José Méndez. Además, en el 80 tuvo la recompensa a sus cinco minutos de rabia, puesto que se coló imparable bajo palos.

Así se acabó el choque, cuatro ensayos a cuatro y recorte de 12 puntos en un suspiro, suma de un punto en la clasificación del Grupo C y resta de un punto a un rival directo, ya que los industriales amenazaron con llevarse cinco de Almería. No se puede decir que a URA Playcar le faltó tiempo para culminar la remontada, puesto que no admite el deporte el ‘hubiera’, y además el desgaste físico fue descomunal para remar hasta esa orilla. Sí, un punto de oro, visto lo visto y jugado con tantas ausencias clave ante todo un gigante, plagado de grandes jugadores y muy bien trabajado, claro aspirante a no solo los puestos altos y el playoff, sino al ascenso a División de Honor. En su caso, si las patadas de castigo le quitaron el triunfo una semana antes, en esta ocasión pasó lo contario, ya que le dieron la victoria, seis puntos de diferencia, dos de dos tiros.

Por cierto, que a las lesiones previas se sumó una recaída, otra más, de De Luque, al que la rodilla dio un aviso y tuvo que ser sustituido en le minuto 19. Había cambios de posición, y eso de nuevo hizo mover las piezas sobre el tablero y recolocar al equipo. El ‘10’ almeriense fue la muestra de la mala suerte con la que Unión Rugby Almería se está topando en un arranque de temporada que debe ser crucial para los objetivos. No caben lamentaciones, no hay tiempo para ellas, porque hay que pensar en Jaén. Con el joven Castro de nuevo titular, esta vez con mayores problemas frente a un equipo mucho más físico y de melé contundente, si bien sí se logró plantar clara a un paquete muy alto, una introducción suya fue pateada atrás por la primera línea madrileña, con apertura al ala y ensayo. Tenían muy claro el camino, y así siguieron.

Así en el minuto 21, superiores en melé y cargados de paciencia, fueron enlazando los apoyos, todos oportunos, y lograron su segundo try. Buscaban los cruzados cualquier motivo para insuflarse moral, mucho juego en la medular, sufrimiento en defensa y los robos de alguna touche y de alguna melé para creer, pero antes del descanso solo se pudo ver un golpe transformado en contra. Lo comentado, a la vuelta del vestuario se miró al partido a la cara, tanto como que se le ganó la segunda parte a Ingenieros. El tanteo de esa mitad fue de 24-15. Los madrileños repitieron, dos ensayos y patada, y a los almerienses les sobró sobre todo una escapada del imponente ala Orellana, más parecido en físico a un pilar, que se marchó e hizo un ensayo magistral bajo palos, de fácil transformación. Sin esos fallos de placaje en un momento inoportuno… lo mismo, no se sabe, el hubiera no existe, pero cortó momentáneamente la remontada.

De touche a maul, sin insistir para finalmente perder el oval, como en la primera parte, sino sacar el balón rápido, abrirlo y encontrar la velocidad por la banda. Se hizo en dos ocasiones, ambas con éxito, antes y después de los diez puntos de Industriales que le pusieron el encuentro muy cuesta arriba a los de Quirelli, pero que no les pudo meter cloroformo. De hecho, tras endurecerse el encuentro surgió la rabia, incluso la de que la melé costase otro ensayo, y sucedió que Lucas Melián, sin apenas haber podido ser parte del juego precisamente por los problemas de arrancada en estática del equipo, se hizo protagonista, tiró del carro, obró su magia y rescató un punto que podría ser de un valor parecido al oro. No es cuestión de desesperarse, sino de sumar y pensar en las tres primeras plazas, las que permiten seguir jugando por el ascenso. Perder ante un grande como Industriales no es un descalabro, sino más bien un perfecto banco de pruebas para conseguir la mejora necesaria y evidente en algunas cuestiones vitales. Si se logra, habrá mucho que decir, ya que sin estar bien se ha demostrado mucho.

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