Quiso Javi Gracia mantener gran parte del bloque de Sabadell, quizá a modo de reválida, para que los mismos jugadores que encajaron la goleada en la Nova Creu Alta se tomaran la revancha ante el Real Murcia. Eso sí, entre los pocas variaciones destacaba la presencia de Soriano para aportar mayor equilibrio en detrimento de Ulloa, así como de Casquero por Corona y Abel por Aleix.

No tocó el técnico pamplonica la defensa con la idea de que la pareja Mejía-Trujillo vaya acoplándose y ganando confianza para cuando no esté 'papá Pellerano'; sí la meta, con Diego García, como era de esperar. La continuidad de Gunino era obvia por la lesión de Rafita, pero extrañó más que no diera la oportunidad de inicio al filial Raúl García en el carril zurdo y optara porque Christian acumule más cansancio pese al duelo liguero del sábado ante el Guadalajara.

Con esos mimbres se vio a un Almería espeso y romo durante toda la primera mitad, solo socorrido por la voluntad de Aarón, que realiza esfuerzos bíblicos por su banda haciendo honor a su nombre. Lo malo es que el ilicitano no estuvo secundado por ninguno de sus compañeros y el abuso del balón atrás se convirtió en una tediosa constante.

El Murcia (poco que ver con el del 1-4 en pretemporada) no se sintió en absoluto incómodo durante el primer acto y lo intentó sobre todo por mediación de las internadas de Sutil por el costado izquierdo en busca de Chando.

El ariete pimentonero tuvo la única ocasión de peligro en el primer tiempo al embocar un centro en el área pequeña (5') que se topó con la zaga rojiblanca en su camino a la red.

De los 40 minutos restantes hasta el descanso poco más se puede decir salvo que corroboran las críticas a un torneo completamente desvirtuado tanto en fondo como en apariencia.

Algo más electrizante fue el arranque del segundo periodo para los rojiblancos, que de la mano de Aarón estuvieron a punto de adelantarse a las primeras de cambio gracias a un disparo raso desde el borde del área que lamió el poste del arco defendido por Alberto.

Siviero había movido ficha en la caseta sustituyendo a Ruso por Chando (nueve por nueve) y Gracia no tardaría en hacer lo mismo al cambiar a Charles por Ulloa, quien tuvo una clara ocasión al poco de entrar cabeceando un saque de esquina por encima del larguero en boca de gol.

Iba a ser precisamente el argentino quien sacara del tedio a la grada del Mediterráneo. En una desafortunada acción de su compatriota Acciari, el ciclón estuvo listo para aprovechar la errónea cesión al meta Alberto y, tras driblar a éste, abrir la lata pese a que las ocasiones habían escaseado hasta ese momento.

Y ni corto ni perezoso, apenas cinco minutos después iba a cambiar su rol asistiendo desde la izquierda con un pase medido sobre la llegada de Aarón por la banda contraria para que éste batiera al guardameta murcianista y elevara el 2-0 al marcador, refrendando así su buen partido. El Almería alcanza la tercera ronda y ahí le esperará un rival en duelo a ida y vuelta.