Los ecos del Moisés Ruiz acallados con el paso de las semanas, tres desde aquel mágico 30 de abril, pero cada balón impreso y conservado en el piso de taraflex, como los restos de confeti de la fiesta del campeón. Enrollada la pista, está custodiada en el mismo lugar del que salió hace un mes para ser instalada, y al que ha vuelto gracias a la colaboración de Zitro con Unicaja Costa de Almería. Esta empresa a la que no hace falta presentación, dado su casi medio siglo de servicio a los almerienses, guarda ese ‘suelo de los sueños’ junto a los suelos que forman parte de la vida de sus clientes. “Procuramos que Almería tenga lo que puede tener cualquier otra gran ciudad, traer los mejores productos, traer los mejores materiales”, dice Carmina Ortiz al lado de su hermana Inma.

Ambas reciben a una buena parte del equipo y les enseñan sus modélicas instalaciones de exposición y venta antes de ‘visitar’ la pista. “Zitro es una gran familia; de hecho, es una empresa familiar de segunda generación que se dedica a la venta de materiales de construcción, dando servicio desde hace más de 45 años a la población de Almería, y nuestra filosofía es precisamente esa, servicio y buena atención a los clientes”, explica Inma. Entre su gama de materiales de calidad, amplísima, contando con los pavimentos, los revestimientos, los sanitarios o la zona de fontanería, Alfredo Cortés, gerente del club, Manolo Berenguel y Pablo Ruiz en representación del cuerpo técnico, y Pablo Kukartsev, Jorge Fernández, Javier Jiménez y Andrés Portero en el de la plantilla, posan el trofeo.

Carmina reconoce que les hace felices “ser parte de la gente de Almería, procuramos el reto de conseguirlo dando muy buen servicio al cliente”. Además, añade que “la crisis de la pandemia “ha sido muy difícil por no saber en qué situación iba a quedar todo, pero en lo personal además ha sido muy dolorosa por el fallecimiento de nuestro padre”, si bien, con orgullo, añade que “Zitro tiene un equipo humano muy bueno, que ha estado ‘al pie del cañón’ en todo momento, que ha estado para el cliente y por el cliente”. Inma se suma a dar valor a ese sentimiento de pertenencia que desierta en sus empleados la empresa: “Tenemos una plantilla estable, y muchos de sus integrantes empiezan aquí y acaban de igual modo aquí con su edad de jubilación”. Parte de ese personal acude a la foto.

El trofeo de campeón de la Superliga Masculina de Voleibol, el título nacional número 30 de la historia del club, pasa de manos de la plantilla a las del equipo humano de Zitro, al que se le aprecia el orgullo de tenerlo en sus instalaciones y la predisposición de ayudar a Unicaja Costa de Almería en todo lo posible. De hecho, Inma Ortiz da las gracias “por traerlo hasta aquí” con el deseo de que “lo puedan llevar por toda Europa y que ganen títulos a ese nivel”. La apuesta es fuerte, “en lo que podamos participar o ayudar al club para que siga su camino, estaremos encantados de hacerlo”, con toda la humildad que, a pesar de su potencial, define a esta firma almeriense. “Para nosotros es un orgullo que Almería se vea tan bien representada por su equipo de voleibol, que sean representativos de lo bueno que tiene esta tierra, que hayan ganado la liga”, asegura Carmina para poner como fin a sus palabras su convencimiento pleno de que “traerán más conquistas”.

Apenas dos kilómetros en un trayecto de línea casi recta separan Zitro del Moisés Ruiz, y es allí donde ‘descansa’ hasta una próxima ocasión un taraflex que ha sido protagonista de logros y aprendizajes. Alfredo Cortés agradece su colaboración a las hermanas Ortiz, destacando que “tiene un especial valor que una empresa de tanto recorrido, clásica en las vidas de los almerienses, quiera colaborar con nosotros y nos reconozca lo que damos a la provincia”. Trabajando sobre el próximo proyecto, encajando piezas de un grupo que volverá a ser ambicioso y que regresará a la competición europea, el gerente de Unicaja Costa de Almería destaca la importancia de que el sector privado participe en lo que va a ser una eficaz promoción internacional de la provincia. Esta presencia anual en Europa merece ser consolidada, siempre desde la base del respeto ganado en ámbito nacional.