Con todas las letras en mayúscula, porque solo así la palabra “felicidad” describe en toda su extensión lo que siente, la escribe Andrés Portero. Renueva ‘a los mandos’ de Unicaja Costa de Almería, donde jugará por segunda temporada consecutiva como senior tras su pasado canterano en la entidad blanquiverde: “Estoy muy feliz e ilusionado por continuar jugando en el equipo de mi tierra, y para mí supone todo un reto, a la vez que un orgullo, el poder seguir defendiendo los colores verdes en mi casa otra temporada más”. Llegó al club con la misión de recuperar el trono de la Superliga, y permanece ahora con el gran reto de mantenerlo: “Estoy muy orgulloso de que partamos como el actual campeón”.

Es lo primero en lo que piensa para la siguiente campaña, “conseguir revalidar ese título liguero, lo cual es un gran reto y una gran responsabilidad, ya que esta es la competición que te exige ser constante y regular cada semana”. En su enumeración de qué supone a título profesional la renovación, la línea argumental sigue yendo por los entorchados, sin distinción y comenzando por “la Supercopa, el primer título del año, el que solo tienen el privilegio de jugarlo dos equipos”. Deja claro que “es una cita muy importante para mí, ya que es mi primera participación y la afronto con muchas ganas e ilusión, y así conseguir el primer objetivo de la temporada nada más comenzar, a finales de septiembre”.

En su memoria, inexorablemente, lo ocurrido meses atrás, en los que compaginó por fin estar a los mandos de Unicaja Costa de Almería y refrendar su aportación, dentro y fuera de la pista, con su primer título de la Superliga: “Me quedo con varias cosas, como poder debutar y cumplir un sueño consiguiendo un título con el equipo de mi vida y en mi casa, o como disfrutar cada semana el Moisés Ruiz con mi familia, amigos y toda nuestra afición con los compañeros, y destacaría eso precisamente, el maravilloso ambiente que tuvimos tanto en el equipo, como en el club, como en el pabellón”. Como no, no espera otra cosa que no sea dar continuidad también a esos pilares fundamentales, claves para el éxito.

Así, “estoy seguro de que este año habrá de nuevo un equipo muy unido y comprometido, con mucha ambición, con ganas de trabajar y pelear por los objetivos marcados, que se divierta, que mantenga el gran ambiente del año pasado y que haga disfrutar a la afición”. Y sí, será complicado, porque, “como viene siendo tónica habitual en los últimos tiempos, casi todos los equipos de la Superliga se están reforzando y se ve mucho movimiento de jugadores, destacando un mayor número de fichajes en los clubes de la zona media y de la zona alta de la tabla de la temporada anterior”. Por ello, espero una Superliga incluso con más nivel que la pasada, y muy exigente durante toda la competición”.

A priori, “remarcando que el nivel de los equipos va a aumentar y sin ánimo ninguno de menospreciar ni faltar al respeto a nadie”, cree que “Guaguas y Melilla pueden estar un pasito por delante de los demás rivales debido a la situación del mercado actual”. A esa reflexión le falta añadir el papel que puede desempeñar Unicaja Costa de Almería, y sus expectativas son muy altas: “A nivel colectivo espero que podamos disfrutar de una buena temporada, que nuestro equipo pueda cumplir con los objetivos que marquemos, siendo un conjunto ambicioso, muy trabajador y unido”. En plano individual, “me gustaría seguir creciendo como jugador, ayudar en todo lo necesario y ofrecer mi experiencia y mi mejor voleibol”. Así lo ha hecho ya y esos argumentos le han valido una renovación merecida.

Como no, dedica una parte a la magia del Moisés Ruiz, a ese momento final de cada uno de los partidos, con la interacción entre el equipo y la grada, con el empuje, la compresión y la sabiduría del público: “La afición el año pasado fue un auténtico espectáculo y hubo una comunión generada entre grada y jugadores que fue algo que no había vivido antes, como por ejemplo al final de cada partido nuestro cántico conjunto”. Para ese grupo “fue un factor muy importante, sobre todo en los playoffs, haciendo del Moisés Ruiz un fortín y su gente, cada cual, uno más del equipo”. Es su deseo más firme, incluso por encima de la consecución de triunfos, aunque una cosa lleva a la otra, que esto permanezca.

En ese sentido, Andrés Portero, colocador almeriense de 183 centímetros, con trayectoria muy amplia a sus espaldas a sus 31 años y que va a completar esta temporada justo una década como profesional, lo deja muy claro: “Espero que la afición continúe de la misma manera, brindándonos todo su apoyo viniendo y disfrutando junto a nosotros cada sábado en el Moisés Ruiz”. Se inició en Superliga a través de Soria, temporada 2013/2014, donde permaneció un curso más antes de ir a San Sadurniño, su último destino previa al regreso a Almería. Retoma el ‘todo mayúsculas’ para escribir su “orgullo de ser almeriense”, y su “orgullo de ser de Unicaja Costa de Almería”, finalizando con “el sueño continúa” y, por supuesto, con el “¡vamos, verdes!”. Es un perfecto custodio de los valores ahorradores.