La del miércoles volvió a ser una de esas noches épicas en las que el nombre de Unicaja Costa de Almería resuena en Europa. Los verdes afrontaban un choque dificilísimo, después de un viaje estrambótico, en un pabellón que fue una auténtica olla a presión.
Ahí es cuando el conjunto almeriense saca su gen ganador, su instinto de campeón. Da igual que el marcador esté en contra, como el miércoles, o a favor, como en tantas y tantas ocasiones. Unicaja Costa de Almería tiene una leyenda deportiva que defender y sus jugadores saben que sólo dejándose la piel en la cancha, se vencen partidos en el viejo continente. Así hicieron los pupilos de Manolo Berenguel, se sobrepusieron al gran nivel mostrado por Saarema y encarrilan una eliminatoria que hará vibrar al Moisés Ruiz en un par de semanas, tras la Copa del Rey.
Se fue de menos a más desde un primer set más complicado, que se perdió cuando se había discutido pese a la incomodidad inicial. Tan es así que a los sucesivos empates desde el 3-1, que se extendieron durante buen trecho de la manga, se cogió la delantera con un 9-10 de Fran Iribarne y se llegó a dos con el 12-14. Saaremaa apretó arropado por toda su gente y llegó el 16-14. El intercambio siguiente determinó cercanía, pero con el K-1 local llevó a los estonios por delante por la mínima hasta romper servicio verde (23-21) y tener temple en los puntos finales (25-23).
El segundo set comenzó con un Unicaja Costa de Almería más metido en escenario y mandando con un 0-2 y un 1-3. Los jugadores de Manolo Berenguel dieron un paso al frente para ganar el set. Kukartsev subió el 14-17, una renta que ya no se perdería, con control de la situación, para que Hage se luciese tirando del carro (19-22). El final fue de brillantez y mando (21-25), con un ace del receptor brasileño.
Tan es así que en el tercer set se de nuevo se comenzó por delante (0-2 y 2-4), con Kukartsev firmando saque directo para el 3-6 y después volver a la igualdad por los tirones locales. Pero se calcó el final del primer set con el servicio de Jiménez, y todo lo remado no sirvió de nada (25-23).
Hage se llevó el premio al mejor jugador de Unicaja Costa de Almería, y Jiménez de Saaremaa
El cuarto set podía ser definitivo pero Unicaja dio una demostración de fortaleza con 0-3 y 4-9, en desarrollo muy rápido del juego, dos puntos seguidos de Pei y uno ‘inventado’ de Hage. Se siguió con 5-10 y 6-11, sosteniendo bien las intentonas de Saaremaa VK. Se levantó una bola de partido y emergió Amado con dos bloqueos que dieron el 26-28 y la entrada al tie-break.
El desempate mostró al Unicaja Costa de Almería más seguro, guerrero. Hage y Kukartsev fueron decisivos para avanzar hasta una bola de partido que se hizo efectiva con saque de Almansa, con el capitán almeriense provocando problemas hasta el extremo de un remate que Lagierski dejó en la red (13-15).
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