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La asistencia del año

La asistencia del año

La asistencia del año

No va a ser famoso porque su acción no ocurrió en el Bernábeu ni en el Camp Nou. Ni tan siquiera en el Mediterráneo, puesto que el filial volvía a estar exiliado en el anexo. Sin embargo, Carlos Roberto dos Santos Moncada honró y llenó de importancia la sacrificada labor del recogepelotas.

El joven jugador alevín rojiblanco, natural de Aguadulce, ya lleva varias temporadas entregando el cuero de manera rápida cuando el marcador no es favorable y ralentizando esta misma acción de forma pícara cuando se va ganando. Lo ha hecho con el primer equipo y ahora lo hace con el filial, es un veterano de entre los recogepelotas almerienses pese a tener sólo diez años.

Hasta el momento, había cumplido con su deber de forma impecable, por lo que se había llevado el agradecimiento de parte del responsable de su área del club. Sin embargo, el pasado domingo toda la afición y todo el filial se encargaron de felicitarlo porque la victoria se fraguó, en buena parte, en sus dotes para asistir al jugador que va a sacar de banda. Como en el anexo apenas había doscientas personas y el vídeo no se ha mostrado en las televisiones, lo mejor es narrar la jugada, que todo lo explica.

Minuto 91 de partido. 0-0 en el marcador entre el Almería B y el Atlético Malagueño, tres puntos importantísimos en juego ante el colista, que se estaba mostrando bastante mejor y merecía el gol. Córner a favor de los boquerones, despeja la defensa rojiblanca, el balón pega en el árbitro y le cae a Dani Albiar, que trata de montar una contra. Sin embargo, el cierre malacitano consigue despejar y enviar el esférico a la grada.

Los visitantes repliegan de forma más tranquila, creyendo que el balón iba a tardar unos segundos en volver a ponerse en juego. Ahí aparece Carlos, raudo y veloz, para poner el cuero en las manos rojiblancas, para montar la jugada del gol. La zaga malagueña ni se había percatado de la asistencia de este joven recogepelotas, que se va corriendo hacia la grada a por el balón de la jugada anterior. "No vi el gol. Me enteré porque vi a la gente cantar, me puse muy contento y me abracé con el resto de compañeros", recogepelotas tan jóvenes como él, que se ganaron el premio de estar en el Mediterráneo el pasado jueves en el partido de Copa del Rey ante el Villarreal: "A todos nos ha hecho mucha ilusión estar con el primer equipo".

Como no podía ser de otra forma, los piropos de la mañana del domingo fueron para Carlos. Su padre estaba en la grada pero no dijo ni pío en el momento, quizás embargado de la emoción. "Fue increíble, hemos visto después el vídeo y nos reímos mucho con esa jugada. Mi marido en ese momento no dijo nada, pero el resto de los aficionados sí que le felicitaron", apunta Flor, la madre, que no pudo ver en directo la jugada que ha encumbrado a Carlos.

Lo mejor de todo es que el joven está encantado recogiendo balones en el Mediterráneo, al que prefiere antes que cualquier otro estadio. Eso sí, "me gustaría volver a hacerlo ante el Madrid o el Barcelona". ¿Quién sabe si también para el gol del triunfo?

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