UD ALMERÍA | EL ACTA DE VIVANCOS

Del diez al cero

  • Matrícula de honor para la afición

  • Suspenso para Fernando, Rubi y los que piensan que por criticar los males no se ayuda al entrenador y a los jugadores

Rubi y Michel se saludan antes del pitido inicial

Rubi y Michel se saludan antes del pitido inicial / Javier Alonso (Almería)

Un diez para la afición, que partido a partido está respondiendo, con independencia de los aciertos y de los errores. Salvando las distancias, me recuerda a aquella que disfrutó la Agrupación Deportiva en la temporada 79-80 y que ayudó sobremanera a lograr la permanencia a un equipo limitado. La UDA, con la clasificación virtual que sólo suma los puntos conseguidos como local, estaría rozando los puestos europeos, si añadimos esta última victoria ante el Girona.

Un nueve para Embarba, que no sólo ha hecho olvidar a Lazo (eso no era muy difícil), sino que con el paso del tiempo está aportando la calidad que todo conjunto de Primera necesita para salvarse. Un ocho para Robertone, que ya se ha convertido en un jugador de Primera y que a día de hoy no debe faltar en ninguna alineación titular de la UDA (fue suplente en el Benito Villamarín). Un siete para El Bilal Touré, que pese a mostrarse nervioso en alguna acción, con 21 años está soportando la presión de suplir a Sadiq respondiendo con entrega, perseverancia y goles.

Un seis para la pareja de centrales, Ely y Babic, que está aguantando las embestidas de equipos de Primera División y segundas partes como las del Rayo y Girona, pese a no contar delante con un muro que les dé cierta ayuda y respiro. Un cinco para De la Hoz, que, sin hacer demasiado ruido, intenta multiplicarse en auxilio de sus compañeros.

Un cuatro para Fernando, que sin pretenderlo metió en el partido al Girona, pues debió recular hacia su portería cuando vio que Mendes llegaba a la altura de Riquelme para intentar tapar la internada de su oponente. Un tres para Rubi, que con sus aciertos y errores, sobre todo fuera del Power Horse Stadium, se está refiriendo de más en las ruedas de prensa a lo tardío de la llegada de ciertos jugadores. Quizá tendría que sacar todo el jugo a su equipo y más concretamente a sus pupilos de forma individual, pues la labor principal de un entrenador es disimular los defectos de sus hombres y resaltar sus virtudes. Lo malo es cuando ni siquiera podemos ver con continuidad la aportación de jugadores tan interesantes y polivalentes como Kaiky o Puigmal.

Un dos para la preparación física de un jugador de tanta calidad como Melero. Si no cuenta con un suplente de sus características a la hora de su obligada (por lo que vemos) sustitución, su equipo lo va a acusar bastante. Un uno para la aportación desde el banquillo de jugadores otrora importantes como Samu o Portillo. Un cero para los que piensan que por criticar los males no se ayuda al entrenador y a los jugadores, pues es como si unos padres no intentan educar a sus hijos en pos de corregir lo que, desde su punto de vista, está mal con el ánimo de cimentar su futura educación. En modo fútbol, si se subsanan las carencias con opiniones constructivas, pero firmes, la permanencia estará más cerca. De palmero no se ve un servidor.

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