Almería cuenta con más de 70 chiringuitos repartidos por toda su franja costera. Todos ellos diferentes, pero bajo el mismo clima y con el mismo sabor. En la actualidad, la Ley de Costas ha puesto en un aprieto a muchos de los empresarios dedicados a este negocio. Desplazarlos de la arena es uno de sus objetivos, pero mientras se deciden, y eso podría producirse el próximo año, el verano almeriense comienza y estos establecimientos son ya objeto de peregrinación. Acudir a las playas de los municipios de Almería, El Ejido o Mojacar, lugares donde más proliferan este tipo de negocios dentro de la provincia, significa alejarse por unas horas de de su casa y su cocina, pero conlleva acercarse al sol, al agua del Mediterráneo y a unos olores sólo reconocibles durante los meses de verano. Así que si con la enorme sombrilla playera no le sirve para rebajar el calor, no pasa nada, al chiringuito. Casi toda la costa almeriense cuenta con alguno de ellos. La cuestión es elegir. Se puede optar por la brisa de Roquetas y Aguadulce, las asonadas playas ejidenses o la fina y clara arena de Carboneras, Mojácar y Vera.