Almería, escaparate del ciclismo internacional

El espectáculo multicolor llega a la provincia

  • La etapa de Velefique, reina de la edición de este año, puede marcar diferencias definitivas para la clasificación general

La Vuelta Ciclista a España llega hoy a Almería, para afrontar la segunda jornada de descanso y, sobre todo, para que mañana pueda producirse una de las etapas más esperadas de la presente edición. Con recorrido íntegro por la provincia, un paso por Calar Alto y dos por el Alto de Velefique, la etapa de mañana, décimo segunda de la ronda española, está marcada en rojo en el calendariodel pelotón. Es la etapa reina, la que puede marcar diferencias.

Para conocer un poco más el Alto de Velefique (1.810 metros), Diario de Almería subió hasta la cima acompañado por el ciclista almeriense Carlos Golbano (ex-corredor profesional del Costa de Almería) y también por el concejal de Deportes de Almería, Juan José Alonso. El primero, acostumbrado a entrenar por estos parajes, nos fue explicando cómo es la subida al Velefique, desde sus primeras rampas, hasta llegar arriba.

Pasado el Oasys Desierto de Tabernas, por cuya entrada pasará el pelotón, éste tomará el desvío hasta Velefique, donde, si bien no comenzará el puerto en sí, sí que empezará a notarse el ir acercándose a este coloso. En verdad, desde Almería todo será pendiente ascendente, lo que se notará en las piernas de los ciclistas. En este punto, Golbano explicaba que “aquí puede haber rampas del 2 o el 3%, pero cuesta muchísimo”. Además, está el inconveniente de que “desde Almería no hay ninguna bajada, por lo que no es una subida dura pero no hay descanso. Si por lo que sea vas mal, no tienes capacidad de recuperación porque sigues subiendo y cada vez la carretera se empina más. En el momento en el que vas mal, no hay milagros”.

Golbano recuerda que en el anterior paso de la Vuelta por estos lares “en las primeras rampas se destrozó todo” y vaticina que “este año se va a ir más rápido porque entonces el día de descanso era después, y este año es antes. Si no se va rápido es porque hay miedo o se reservan fuerzas para Sierra Nevada y La Pandera en los días posteriores”.

En el cruce de Castro de Filabres es donde comienza el puerto de verdad. Por ahí bajarán los ciclistas para iniciar la segunda ascensión. “Aquí va a haber un latigazo del pelotón y ya es subida durísima, porque te pide mucho rendimiento en las piernas”. El látigo “se hace cuando hay muchas curvas y se estira el pelotón. No te puedes reservar, cuando hay látigo y van en fila de uno, los corredores van a tope”.

La parte inicial “es la más dura del puerto. Cuando llegas aquí y miras hacia arriba...”, comenta el ciclista, en un tramo con rampas que pasan el 11%. “Los primeros repechos son duros, pasas por el pueblo y sigue duro. Hace más calor abajo y la segunda vez puede ser terrible”. Al paso por el pueblo, “es una parte buena para ver la carrera, porque ves cómo van viniendo los ciclistas”. Unos metros más arriba “puede presentarse la batalla”.

A medida que el puerto sube, la pendiente va descendiendo, en torno al 6% o el 8%. “Se suaviza porque la carretera coge inclinación contraria y cuesta menos porque te alejas de la montaña”. Será una parte en la que “se suba en plato, casi seguro, aunque puede que en la segunda subida no sea así, depende de si van a tope o reservando”, afirma Golbano.

La etapa “va a ser selectiva y de mucho desgaste. Subir este puerto dos veces es desmoralizante. Cuando lo pasas la primera vez, no lo conoces y echas para adelante, pero cuando tienes que volver a pasarlo, después de lo que has pasado en la anterior, te desmoraliza. Hay que recordar que es una sierra que te pones en 2.000 metros y fatiga a cualquiera”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios