Una permanencia bien  vale un mal trago, pero el partido de ayer no fue apto para cardíacos. UD Almería y Villarreal firmaron un duelo digno del mejor de los guiones de Alfred Hitchcock. Suspense, intriga y angustia convivieron con los seguidores que se dieron cita en el Mediterráneo para alentar a su equipo hacia la salvación.

Nada hacía presagiar no obstante al descanso que los rojiblancos pasarían apuros en la recta final. Los de Lillo, conscientes por primera vez en ocho jornadas de lo que estaba en juego, salieron a dar un golpe sobre la mesa.

Las cosas se pusieron de cara pronto gracias a un desafortunado despeje de Musacchio que, aparte de magullar el rostro de su compañero Javi Venta, dejó el esférico franco para que Crusat fusilara a Diego López.

El escenario mejoró aún más cuando el joven central argentino agarró a Piatti mientras éste encaraba la portería y Turienzo Álvarez no dudó en expulsarlo. Con el viento a favor y ante la pasividad de Garrido, que no quiso mover el banco en ese instante, el Almería se creció.

Una recuperación de M'bami en el centro del campo gestó el 2-0. El camerunés vio la galopada de Crusat por el costado izquierdo y abrió el juego hacia su posición. El catalán levantó la cabeza y envió una asistencia medida sobre la llegada al segundo palo de Kalu Uche, que únicamente tuvo que empujarla.

El nigeriano convirtió la primera mitad en una fiesta con una genialidad de las que acostumbra de mucho en mucho. Pescó una pelota en el balcón del área y se dio media vuelta para ajustar el tiro a al poste. Era el 3-0.

Entonces el descanso pareció ejercer un efecto narcotizante sobre los unionistas, que salieron con la tarea encomendada de trabar el partido, mientras los cambios introducidos por Garrido daban alas al Villarreal.

Pese a su ostensible mejoría en el juego, los amarillos iban a recortar diferencias en sendas acciones a balón parado casi calcadas. La primera fue una falta que cabecea Llorente y repele Alves, pero Marcano aprovecha el rechace para marcar. La segunda, para colmo de males, llegaba tras la expulsión de Chico por un infantil manotazo a un contrario que el asistente no pasó por alto.

Cazorla chutó con dureza y Alves únicamente pudo rechazar, pero el diminuto Ibagaza estuvo más listo y ágil que el resto para meter la cabeza y elevar el 3-2. Fueron momentos de absoluta deriva local y auténtica angustia en el graderío.

El empate era un mal menor, pero el triunfo casi certificaba la permanencia y los jugadores se pusieron a ello echando el resto. El Villarreal quiso matar en el área del Almería y terminó muriendo. Un contragolpe magistralmente conducido por Juanma en la banda izquierda concluyó con asistencia a Piatti, que puso la puntilla. Aún falta el matiz matemático, pero el viaje a Tenerife ya no tendrá tintes dramáticos.

Ficha técnica:

4- UD Almería: Diego Alves (7); Michel Macedo (6) (Fabián Vargas, m. 83 (s.c.)), Chico, Santi Acasiete (7), Domingo Cisma; Modeste M'Bami, Bernardello (7), Fernando Soriano; Piatti (9), Crusat (Goitom, m. 76), y Kalu Uche (Juanma Ortiz, m. 63).

2 - Villarreal: Diego López; Javi Venta, Godin (6), Musacchio (0), Marcano (Pires, m. 82); Santi Carzorla, Marcos Senna, Bruno; Rossi (Ibagaza (7), m. 46), Joseba Llorente y Nilmar (4) (Cani, m. 46).

Goles: 1-0, m. 13: Crusat. 2-0, m. 29: Kalu Uche. 3-0, m. 41: Kalu Uche. 3-1, m.53: Marcano. 3-2, m.66: Ibagaza. 4-2, m.93: Piatti.

Árbitro: Turienzo Álvarez, castellano-leonés. Amonestó a los locales Crusat, Alves, M'Bami, Soriano y Esteban (en el banquillo) y a los visitantes Diego López y Santi Cazorla. Expulsó al local Chico (m. 63) por agresión a Llorente y al visitante Musacchio (m. 15) por derribo sobre Piatti siendo el último defensor.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima sexta jornada del Campeonato de Liga BBVA, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 18.000 espectadores.