EL ACTA DE VIVANCOS

El fútbol es una ilusión

  • Somos testigos de la recuperación de las sensaciones perdidas desde la época gloriosa de Primera División con un plus, el de la esperanza de seguir creciendo sin un techo preestablecido

Jugadores de la UDA tras su victoria ante el Huesca.

Jugadores de la UDA tras su victoria ante el Huesca. / Javier Alonso (Almería)

Hay varias formas de apoyar y empujar a un equipo. Se puede gritar o aplaudir hasta convertir un estadio en el típico fortín, pero lo que se está logrando desde el desembarco de Turki Al-Sheikh es algo más, es como la ilusión de un niño con zapatos nuevos, es en definitiva la recuperación de las sensaciones perdidas desde la época gloriosa de Primera División con un plus, el de la esperanza de seguir creciendo sin un techo preestablecido. No es ninguna utopía, tras observar los movimientos de la nueva propiedad. No se trataba de buscar viejas glorias pasadas con nombre, porque más de uno sigue anclado en el pasado, ahogado en un vaso de agua, sino de comprobar la amplitud de un mercado que no se circunscribe a los nombres de siempre.

Lo están demostrando los nuevos responsables de la entidad rojiblanca, que comienzan a forjar un gran club desde abajo, adquiriendo jugadores jóvenes de indudable calidad que ambicionan el estrellato. Toda esta introducción sirve para demostrar cómo se pueden activar a unos jugadores provenientes de la pasada campaña que, de haber continuado el anterior mandatario, quizá no hubiesen rendido al nivel que lo están haciendo. En el banquillo esperan jugadores internacionales, que a su vez tendrán que ponerse las pilas para conquistar su puesto en el once inicial. Al final, todo redunda en el conjunto para que los cambios que tengan que producirse en una liga tan larga y traicionera, se realicen según los méritos dentro de una sana competencia. Así lo vio desde el principio Pedro Emanuel, que demuestra su sapiencia apoyada en su experiencia como jugador triunfador a nivel internacional.

Lo que podía haber sido una escabechina a base de galones deportivos, se está convirtiendo en un cóctel explosivo, a la sombra de jugadores que competían en Tercera y Segunda B, junto a los que ya han probado las mieles de la internacionalidad. Así, se volvió a ver un armazón hasta ahora intocable que barrió del campo al mejor Huesca de la historia, o al más gallito a priori. Una sinfonía de presión, movilidad y acierto, que en la segunda mitad contó con el apoyo de varias de la nuevas adquisiciones que asumieron el mismo rol combativo. Aparte del colectivo, mucho y bueno se puede decir de Sekou, de Chema, de Owona, de todos los conocidos que fueron acompañados de inicio por Maras, central que apunta muy buenas maneras, tal y como se le suponía.

Más allá del gran nivel exhibido, la seguridad defensiva cuando hubo que armarse atrás, también fue destacable. De hecho, René ni intervino. Sobresalió de nuevo el técnico luso, en esta ocasión a la hora de ir realizando los cambios, sobre todo cuando tuvo que recomponer la zaga por la lesión de Iván Martos. Todo fueron parabienes en una noche mágica, quizá preludio de algo muy bonito que le va a ocurrir a la UDA y a la propia cuidad de Almería. Un encuentro aderezado por iniciativas como la del vehículo, que dan más caché y convierten un simple partido de fútbol en algo más. Gracias su excelencia Turki Al-Sheikh, por lo acontecido y por lo venidero.

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