La covid-19 paralizó todas las actividades deportivas, entre ellas el Programa de Hipoterapia de la Escuela Indaliana de Arte Ecuestre, organizado por el Patronato Municipal de Deportes y que está destinado para niños con diversidad funcional en los que trabajan la hipoterapia, para fomentar el desarrollo motor, cognitivo y emotivo de pacientes con diversas disfunciones.

Este programa dejó pendientes siete jornadas con cuatro sesiones que se retomarán en torno a las últimas semanas de septiembre y siempre, aplicando las medidas de seguridad con las normas de desinfección de arneses y las instalaciones.

La novedad del próximo curso será que sólo los monitores de las Asociaciones o Aulas Específicas podrán estar en contacto con los niños para evitar riesgos. Mientras que el personal de la Escuela Indaliana cumplirá con las medidas de seguridad y solo llevará a los caballos a las sesiones. El trabajo se realizará al aire libre, pese a que luego ciertas actividades se realicen en instalaciones comunes. Siempre de la mano de los profesionales de cada Asociación con asesoramiento de la Escuela Indaliana de Arte Ecuestre.

Asociación El Saliente, FAAM, o el Colegio Público de Educación Especial Princesa Sofía se encuentran entre las asistentes al nuevo curso pero Carlos Cortés, director de la Escuela Indaliana, ha invitado a que nuevas asociaciones interesadas soliciten incorporarse de cara a septiembre para practicar esta vía de terapia “con caballos, psicólogos y fisioterapeutas para mejorar la calidad de vida de los usuarios, rodeados de animales”. El teléfono de contacto de la Escuela Indaliana es 609 56 55 51 o, mediante el Patronato Municipal de Deportes,  950 332 110.

Programa de la Escuela Indaliana

La Escuela Indaliana de Arte Ecuestre acoge a diversas asociaciones que solicitan participar en esta actividad terapéutica. Un día a la semana, un grupo de alrededor de 10 personas puede disfrutar de esta iniciativa totalmente gratuita, de la que solo tienen que hacerse cargo del transporte. Las beneficiarias del mismo son distintas asociaciones, una diferente cada mes, que disfrutan de cuatro sesiones, una por semana.

Desde 1999 se comenzó a desarrollar el programa con personas con autismo y el tipo de patologías de sus usuarios se ha ido diversificando desde entonces, entrando a formar parte del proyecto personas con capacidades muy variadas, como invidentes o personas con parálisis cerebral. Los usuarios disfrutan de monta en silla, especialmente útil para el desarrollo locomotor, muscular y de coordinación psicomotriz; monta en back-riding, en la que los pacientes montan con un terapeuta y donde se trabaja el equilibrio; y trabajos sin monta, que van desde pasear junto al caballo hasta cepillarlo o darle de comer.