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El otro hombre de Alcaraz

  • Goza de la total confianza del míster para la medular, como Verza cuando está sano, y cumple con buena nota

  • Aguanta con amarilla 78 minutos

Sulayman celebra el gol de penalti de Alcaraz con el protagonista, Soleri, Motta y Gaspar.

Sulayman celebra el gol de penalti de Alcaraz con el protagonista, Soleri, Motta y Gaspar. / javier alonso

Rara vez le ha salido tan bien un fichaje de invierno al Almería como Sulayman. Sin minutos en el Valladolid, el club apostó por él por los consejos de Lucas Alcaraz que lo conocía bien de su etapa en el Granada. Falto de ritmo, en una posición en la que estaban jugando Verza y Mandi, el futbolista apenas tenía tiempo para adaptarse a su nuevo hábitat, sobre todo porque las lesiones debilitaron tremendamente el puesto de mediocentro, en el que él se desenvuelve como pez en el agua.

Fiel a su estilo, Alcaraz necesita de buenos hombres para ese pivote, que al principio era doble y ahora lo ocupa sólo el expucelano. A la llegada del granadino al banquillo, Verza era su futbolista de total confianza, lo tuvo en el Almería en su anterior etapa y se lo llevó al Levante. El oriolano guiaba la nave rojiblanca hasta que los problemas musculares le han impedido mantenerse en el once rojiblanco. Mandi, que cuajó su mejor partido ante el Numancia, cuando ya se había incorporado al Almería Sulayman, también cayó víctima de un gravísima lesión en el tendón de Aquiles. De esta forma, el gambiano se quedaba como único hombres disponible para la posición de '5 argentino' y en la Ciudad Deportiva del Sevilla ya iba a hacerse cargo de la manija.

Dos partidos consecutivos como titular y dos victorias del Almería. Con Rubén Alcaraz a su lado, los rojiblancos han encontrado el equilibrio que necesitaban. Sulayman fija y el barcelonés se suelta y llega con facilidad al área visitante, acompañando las clásicas cabalgadas de Pozo cuando el Almería conecta una contra. El equipo no se rompe, el de Gambia ofrece buenas coberturas a sus laterales, además de abarcar mucho campo gracias a su potente despliegue físico.

Quizás en Sevilla fue menos exigido, dada la candidez de los jugadores del filial nervionenses. Sin embargo, ayer tuvo que fajarse y lo hizo retenido por una amarilla poco clara que vio a los 12 minutos. Acababa de pitar el colegiado el penalti de Morcillo, también riguroso, y acto seguido marcó al centrocampista rojiblanca. Un arbitraje demasiado estricto en los primeros minutos de juego que, sin embargo, se fue flexibilizando en la segunda parte cuando el Almería quería contraatacar y los defensores leoneses llegaban tarde al cruce.

A partir de ahí, Sulayman tuvo que arriesgar, quizás a veces demasiado como en un pisotón a Ibán Salvador, pero en líneas generales aguantó bien con el freno de mano echado. Su buen posicionamiento táctico es un arma importantísima del Almería de Lucas Alcaraz. Ganó la gran mayoría de los balones divididos y por la zona de Motta, realizó buenas coberturas y muchas ayudadas, ya que a Lass le cuesta más seguir a su par.

En los minutos del post 2-1, con el Almería a merced de la Cultural, mantuvo a raya a Señé y a Ibán Salvador, los dos hombres leoneses que trataban de atacar por su zonas. Quizás, pero eso fue algo general, le faltó cierta tranquilidad para buscar la mejor salida de balón en los contragolpes, pero en últimos minutos demandaban más músculo que materia gris. Sulayman crece y el Almería también.

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