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Sin intensidad llegan estos partidos

  • Su peor partido, frenado por Quezada y sin dar un pase en condiciones

El Almería es tan vulgar después de caer en Córdoba, como lo era tras ganar al Reus. La diferencia es que cuando pone intensidad, es capaz de empequeñecer al rival. Ayer, sin embargo, la intensidad la tuvo en contra y él fue el equipo que se dedicó a verlas venir, a mover el balón sin demasiadas ideas y a exponerse a una contra que se inutía porque se jugaba a lo que quería el Córdoba.

La lesión de Ibiza descentró al equipo en la primera parte y la salida de Rioja por un Aguza que no aportó nada, le privó de la velocidad que asustaba al Córdoba. Quizás fueron dos momentos claves, pero es que el Almería no expuso en el Nuevo Arcángel ninguna de las virtudes que lo habían llevado a ganar tres partidos de forma consecutiva. Principalmente la intensidad, la tensión en cada balón dividido, la necesidad de sumar puntos. Quizás se llegó a Córdoba con demasiada euforia, con el cartel de favorito estampado en la frente y esos días llegan este tipo de partidos.

Uno de los jugadores que más notó que el Almería no sacó su vena guerrera fue Corpas. El jiennense estuvo desacertado en la gran mayoría de acciones que realizó. Precipitado y pecando de demasiado individualista cuando el Almería llegaba en superioridad al área local. No fue el galgo que sube y baja arrastrando a su lateral, Quezada le hizo varias entradas fuertes para comenzar, que le cortaron su habitual fogosidad.

Álvaro Giménez, el más luchador, tiró muchísimos desmarques que no fueron bien asistidos por Corpas. Se le vio descentrado al no ser capaz de ganarle el duelo personal a Quezada. Iba por delante del balón y hasta los pases fáciles los fallaba. Incluso en una buena llegada, con De la Hoz y Rioja esperando su pase para hacer una superioridad, el extremo prefirió jugársela y chutó a las nubes con su izquierda.

Para terminar el segundo peor partido del Almería tras el de Cádiz, Corpas se fue a la calle por empujar a Aythami. El canario, provocador como siempre, terminó de desquiciar a un equipo que no tenía las ideas claras.

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