Rincón almeriense

10 km. por el Parque del Retiro

  • Una carrera matutina convertida en medio maratón

Puerta de Alcalá, seis de la mañana.

Puerta de Alcalá, seis de la mañana.

Madrid estaba preciosa en Navidad y seguía igual de atractiva la semana pasada, cuando fui a cubrir Fitur para todos los periódicos del Grupo Joly. A los días a caballo entre diciembre y enero les pongo un pero: calor. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve al invierno de la meseta! No hace falta que les diga que amo a mi tierra hasta el último confín del Bayyana, Cuevas de los Medina o Cabo de Gata, pero detesto nuestra temperatura y, por supuesto, el viento. Por fortuna, a la vuelta a los Madriles me encontré con un clima más propicio para los que estamos hartos de tener siempre esa fina capa de sudor en la frente de manera continua.

-4º marcaba el termómetro a mi paso por la Puerta de Alcalá a las seis de la mañana. Teníamos el desayuno a las ocho, a las nueve y media debíamos de estar en IFEMA que llegaba el Rey y tenía por delante una tirada de 10 km., lo que equivale a algo menos de 50 minutos. He paseado mucho por el Retiro, muchas horas dándole vueltas a la cabeza entre examen y examen de Teoría de la Comunicación y Teoría General de la Publicidad. Lo que no me conocía tan bien era el perímetro, pensaba que podía rodearlo y entrar justo por la Puerta del Ángel Caído, junto a Atocha, donde teníamos el hotel. Kilómetro y medio hacia arriba por la calle Alfonso XII (6:07), medio kilómetro más por Alcalá y O’Donnell (6:10), otro kilómetro y medio por Menéndez Pelayo (6:17), y cuando me disponía a completar la última arista del rectángulo, me encuentro un edificio de frente, me sumergo en grandes avenidas que a esa hora no están aún atestadas de coches, pongo más atención a ‘Herrera a las 6’ que al recorrido y me veo atravesando Puente de Vallecas, como había hecho en la San Silvestre Vallecana días atrás.

Total, que al final me salió casi un medio maratón. Por fortuna, a mis compañeros se les habían pegado las sábanas y llegué con tiempo a un desayuno que me supo tan bien como la cena de Nochevieja en el Asador de Aranda. ¿El próximo paseo por el Retiro? El Maratón de Madrid me llama desde 2020.

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