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La pasión por la pólvora

Desfila desde hace 18 años. Es bandolero de los Bandoleros, de los de trabuco y trabucazo va, trabucazo viene, que lo da el Levante y las ganas de atronar el aire en estas fiestas, que no quede nadie sin saber que en Mojácar se celebran las Fiestas de Moros y Cristianos y este año más, las del 25 aniversario de cuando se iniciaron. "A los Bandoleros nos gusta la pólvora, y todo el grupo colaboramos antes de la fiesta en el montaje. Nos gusta ver el ambiente que hay por el pueblo, pasearnos por entre las kábilas y los cuarteles. En estas fiestas todo el pueblo se une e intentamos integrar a la gente que viene de fuera con nosotros, los animamos a bailar, en fin, a que se lo pasen bien. Para este año habrá mucha pólvora en el desembarco, siempre con mucha precaución para que todo discurra con normalidad". Precisamente durante el acto simbólico del desembarco es cuando más disparos de pólvora se hacen en representación de la defensa de la plaza que iba a ser connquistada.

El desembarco es el gran evento previo al desfile y reune variados atractivos. Danzas orientales, corridas de cintas a caballo con la consiguiente entrega a la dama, torneos medievales, para a continuación emprender la marcha hacia el pueblo en un recorrido lleno de vistosidad, de alegría, sin prisas, que allá arriba, en el pueblo de Mojácar, esperan abiertas la kábilas y cuarteles.

Llega el momento de comentar las vicisitudes del desembarco y a quién se le encasquilló el trabuco. La diversión pasa de la playa al pueblo hasta que el cuerpo aguante.

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