UD ALMERÍA | Contracrónica

La pena máxima del Almería

  • El equipo acumula diez fallos de catorce lanzamientos desde el punto de penalti (más del 70% de error) en las dos últimas campañas 

  • Ramazani, que mandó al palo el último en Mestalla, es el lanzador designado según Rubi, pero muchas voces ya piden que lo cambie por Melero

Ramazani es el primer lanzador designado, según Rubi

Ramazani es el primer lanzador designado, según Rubi / Biel Aliño / EFE (Valencia)

Lo de la UD Almería con el punto de penalti es carne de diván de psicoanalista. Pocos equipos profesionales a nivel global habrán acumulado una estadística tan lúgubre cuando un futbolista rojiblanco se dispone a encarar los once metros. Y es que en las dos últimas campañas diez de catorce lanzamientos ejecutados por los indálicos fueron enviados fuera o detenidos por el guardameta, acumulando un desorbitado porcentaje de desacierto superior al 70%, algo pocas veces visto en estos niveles.

El último error se produjo en Mestalla y tuvo su polémica previa en doble vertiente. Primero porque la señalización de la pena máxima por parte de Gil Manzano, decretada tras revisar las imágenes a instancias del VAR, fue muy contestada por el Valencia al producirse por unas manos involuntarias de Gabriel Paulista tras un rebote que, con el reglamento en la mano, hoy deben pitarse pese a lo absurdas que parezcan. 

En segunda instancia hay que detenerse en la tragicomedia de los instantes previos al lanzamiento. Largie Ramazani y El Bilal Touré se enzarzaron en una surrealista discusión para ver quién se encargaba de cobrarse la pieza. Finalmente, con la intermediación de Lucas Robertone, que en tierras valencianas ostentó el brazalete de capitán, se zanjaba la polémica, siendo el encargado de lanzar el extremo belga. 

Tras el rifirrafe, el nacido en Berchem-Saint-Agathe tuvo que soportar que un rival le arrebatase el balón para incrementar su creciente estado de nerviosismo. Parafraseando a Lucas Alcaraz, antes del lanzamiento "los vivos y los muertos" ya sabían que probablemente lo fallase. Y así ocurrió. Ramazani hizo su mecánica habitual de atacar el balón con parsimonia y una especie de 'paradiña' previa antes del golpeo. El balón salió raso y lo ajustó tanto que acabó siendo repelido por el poste derecho de la meta defendida por el georgiano Mamardashvili.

Ramazani manda el balón al palo de penalti ante la estirada de Mamardashvili Ramazani manda el balón al palo de penalti ante la estirada de Mamardashvili

Ramazani manda el balón al palo de penalti ante la estirada de Mamardashvili / Biel Aliño / EFE (Valencia)

Todos los pasos del penalti con altas probabilidades de fallo se cumplieron. Pelea previa entre compañeros, rival que mete las narices donde no le llaman con el beneplácito del colegiado, que ni siquiera lo amonestó, y cara de circunstancias antes del golpeo sabiendo que la estadística previa del equipo no es la mejor en estas lides.

Lo que pudo ser un 0-1 en una fase clave del encuentro, justo antes del descanso, que permitiría al equipo encarar la segunda mitad con otra perspectiva, se desperdiciaba y el Valencia salía con bríos renovados en una segunda mitad que resultó frenética y en la que, por suerte, se salvó un meritorio punto tal y como se pusieron las cosas, con los locales adelantándose en dos ocasiones en el marcador.

Al término del encuentro Rubi salió a la palestra en plan explicativo y pacificador: “Se tiran por lista. Rama es un gran lanzador de penaltis. Estamos con él, como si hubiese fallado cualquier otro jugador. No tenía ninguna voluntad de fallarlo. Tiene una técnica muy buena, pero no ha podido ser tan eficaz. El Bilal no había visto la lista y ha estado un poco confundido, pero lo hemos aclarado y luego ha estado muy bien, siendo el primero en ir a darle ánimos a Rama cuando lo ha fallado”.

El técnico enfatizó que El Bilal había acudido a animar a Ramazani justo después del fallo, gesto que le había gustado, y también aclaraba que hay un orden establecido de lanzadores en el que el belga ocupa el primer lugar, y por eso fue el designado. En tal caso urge que dicho orden se revise cuanto antes. Muchas voces piden ya que el lanzador sea un especialista como Gonzalo Melero, que a lo largo de su trayectoria deportiva ha transformado nueve penas máximas. Sea como fuere, el de Vilassar de Mar tiene que darle una vuelta al asunto porque el problema no es pequeño. 

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