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Un punto muy sudado

  • El Almería se bloquea al verse a los ocho minutos en superioridad

  • El Albacete se adelanta por medio de Bela y Álvaro Giménez iguala

  • Hasta siete ocasiones claras, con mala definición

Álvaro Giménez remacha de cabeza a la red el tanto del empate a uno en el minuto 80 de partido.

Álvaro Giménez remacha de cabeza a la red el tanto del empate a uno en el minuto 80 de partido. / fotos: lfp

A los equipos hechos para presionar y recuperar suele ocurrirles que les cuesta más trabajo elaborar y eso, a grandes rasgos, es lo que aconteció ayer en el Carlos Belmonte cuando la UD Almería se vio de sopetón en superioridad numérica a los ocho minutos de juego. El plan de partido cambió drásticamente y a los jugadores les costó interpretarlo.

Quiere Fran Fernández que sus pupilos jueguen igual a domicilio que como se desenvuelven en el Mediterráneo, pero esa loable meta supone una empresa mayor, al alcance de muy pocas escuadras en el fútbol profesional. En Albacete esperaba con plato frío Luis Miguel Ramis para cobrarse la venganza de la destitución el curso pasado tras caer justo allí.

El tarraconense ordenó salida en tromba y los manchegos fueron arrolladores en los primeros compases, anotándose tres ocasiones consecutivas que obligaron a René a emplearse sin apenas calentar ante Eugeni y Manaj, amén de un cabezazo de Zozulia que lamía el poste. Pero hete aquí que en la primera acometida rojiblanca llega la expulsión local.

Rioja rompe en velocidad para plantarse solo ante Tomeu Nadal cuando el central Caro traba su avance y el colegiado no tiene dudas en mostrarle la roja al interpretar que cortaba una acción prometedora. La afición indálica se las prometía felices, pero la verdad es que el Almería se bloqueó en ese instante y le costó leer la nueva partitura.

En dicho contexto faltó cierta templanza y maduración de las jugadas, si bien los de FF generaron ocasiones suficientes como para adelantarse en el marcador. Primero mediante sendos cabezazos desviados de De la Hoz, que pisó más el área de lo que viene acostumbrando, y después con un par de buenas acciones de Juan Carlos Real. En una robaba un balón en la frontal para picarla por encima de la zaga sobre la incursión de Narváez, al que Tejero le robó la tostada por dormirse en el área cuando enfilaba el remate. En otra el gallego hacía un pase de la muerte al que Álvaro Giménez le faltó un número más de pie para alcanzarlo.

Las oportunidades, en cualquier caso, no se basaban en el dominio del balón, permitiendo al Albacete ejecutar contragolpes con peligro, como el culminado por Bela, un incordio por su banda, que un crecido Owona supo sacar bajo palos, sin olvidar una falta directa tirada por Eugeni desde 35 metros que casi sorprende a un despistado René.

El escenario al descanso era de empate a cero, pero las sensaciones y vibraciones emanadas por los visitantes no eran nada halagüeñas, incrementadas si cabe por las molestias que obligaron al colombiano Narváez a quedarse en la caseta en favor de Chema.

El arte del cigarrero no tardó en florecer y apenas reanudada la segunda mitad ya filtró un gran pase para De la Hoz, que no conectó del todo el esférico a la media vuelta, facilitando la parada de Tomeu Nadal. La respuesta local iba a llegar a través de un centro lateral de Tejero peinado por Zozulia que venía a certificar que el Almería no tenía controlado el duelo como debía atestiguar su superioridad numérica.

Con todo, los rojiblancos dipusieron de una triple ocasión de colocarse 0-1, pero Andoni se topaba con el poste en un buen cabezazo tras saque de esquina lanzado por Real y Tomeu Nadal se agigantaba después para atajar sendos remates a bocajarro de Álvaro Giménez primero y de Rioja después.

La ley del que no marca lo acaba pagando se cumplía poco después en un balón que gana Malsa en la pugna aérea y Eugeni logra tocar para la irrupción de Bela en carrera superando rompiendo la línea defensiva para plantarse ante René y batirlo por bajo.

El partido integró muchos micropartidos y en ese preciso instante se iniciaba uno de ellos. La reacción de Fran Fernández no se hizo esperar y luego se desvelaría acertada. El técnico zapillero introdujo primero a Corpas en lugar del lesionado Ibiza y luego modificaba su dibujo con la entrada de Caballero por Romera, descartando el 1-4-2-3-1 inicial para abrazar un más práctico 1-4-4-2 con Yan Eteki de central, Corpas de lateral diestro y Real en la sala de máquinas junto a De la Hoz, dejándole las bandas a Rioja y Chema para tener dos referencias ofensivas en punta.

La estrategia funcionó porque Caballero iba a ser actor destacado en el tanto de la igualada. Un centro de Real al segundo palo era prolongado de cabeza por el argentino aprovechando su envergadura y Álvaro Giménez aparecía en el poste contrario para remachar con la testa a la red.

La angustia de regresar de vacío de tierras manchegas pese a jugar en superioridad se disipaba y los rojiblancos iban a tener incluso la oportunidad de embolsarse los tres puntos en la recta final, pero Rioja se precipitaba de nuevo en el 88' disparando al muñeco en vez de colocar con sutileza el balón a uno de los ángulos de la portería. Fueron hasta siete ocasiones más o menos claras de gol contabilizadas, pero solo entró una, y gracias. Punto sudado que muestra que en el fútbol dos y dos casi nunca son cuatro.

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