La Junta General Extraordinaria de Accionistas, celebrada ayer en la sala de conferencias del Estadio de los Juegos Mediterráneos, resultó más descafeinada de lo inicialmente previsto, ya que ni siquiera contó con la asistencia del presidente de la entidad, Alfonso García Gabarrón, que delegó sus funciones en Pepe Bonillo y Mariano Blanco.

En contra de las intenciones iniciales del presidente, que había sopesado seriamente acometer un reciclaje de su Consejo de Administración con algún que otro nombramiento para cubrir varias bajas, finalmente opta por la continuidad y mantiene a los mismos consejeros en un gesto de conservadurismo que genera todavía mayor confusión entre los aficionados.

Las primeras reacciones de simpatizantes rojiblancos a la noticia ayer en redes sociales viraba entre quienes veían el gesto como inmovilista, sin permitir la entrada al Consejo de aire fresco para rejuvenecerlo, y quienes consideran que si el club sigue en proceso de venta es lógico que Alfonso García no mueva ficha en ese sentido, a la espera de que un traspaso de la propiedad traiga consigo a nuevos gestores que designarían su propio Consejo.

La 'vieja guardia' de Alfonso se mantiene, por tanto, inalterada, incluida la figura de Jesús Verdejo, que repetirá en el Consejo a sus 84 años de edad. Sus hijos Alfonso y Lorena García Piñero, en especial esta última, siguen acumulando poder dentro del organigrama, mientras que Pepe Bonillo y Mariano Blanco continúan al frente de la dirección y la secretaría general, respectivamente.

Transcurridos ya veinte días desde la conclusión del campeonato liguero y tras hacer el primer movimiento con el traspaso de Fidel, es hora de reactivar la planificación deportiva del plantel, que cuenta con apenas una docena de efectivos en nómina y arranca la pretemporada el día 10 de julio. Nuevo entrenador, fichajes y campaña de abonos deben ir anunciándose en cascada.