UD ALMERÍA | Protagonista

La reivindicación de Portillo en Mestalla

  • El centrocampista malagueño, autor del tanto del empate a dos ante el Valencia en su partido 200 en Primera, confesaba tras el encuentro haberlo pasado mal con su situación en el equipo

Portillo le dedica a su hijo el tanto del empate en Mestalla

Portillo le dedica a su hijo el tanto del empate en Mestalla / Biel Aliño / EFE (Valencia)

Francisco Portillo es una 'rara avis' en el mundo del fútbol por cuanto pertenece a esa estirpe de profesionales que anteponen la honestidad a cualquier otra consideración. Quizá por eso lo haya pasado tan mal en los últimos meses, en parte debido a su escaso protagonismo en las alineaciones pese a haber sido uno de los baluartes del ascenso a Primera (el tercero en su trayectoria tras los cosechados con Betis y Getafe) y en parte por los rumores que lo situaban fuera del equipo en el mercado invernal al cumplir contrato en junio, asumiendo que en los planes del club no entra una renovación a sus 32 años.

Tampoco ayudó que cuando Rubi ha optado por darle una oportunidad ha sido en escenarios complicados para su perfil futbolístico como el día de San Mamés, donde la zozobra fue colectiva, o contando con pocos minutos en las segundas partes de encuentros en los que el Almería ya iba por detrás en el marcador, tal y como ocurría en Mestalla.

Portillo ejecuta el lanzamiento ante Gabriel Paulista que a la postre significaría el 2-2 definitivo Portillo ejecuta el lanzamiento ante Gabriel Paulista que a la postre significaría el 2-2 definitivo

Portillo ejecuta el lanzamiento ante Gabriel Paulista que a la postre significaría el 2-2 definitivo / Biel Aliño / EFE (Valencia)

Pero la noche del lunes fue diferente. A los 66 minutos de juego, justo tras encajar el 2-1, Rubi retiraba a un desafortunado Ramazani para buscar con Portillo ganar algo de posesión en un partido que estaba sumamente alocado, volcándose de área en área sin pasar apenas por el centro del campo. Muchos aplaudieron la retirada del belga, pero no tanto la entrada del malagueño, que iba a convertirse en protagonista de la igualada al definir con maestría un buen robo de balón en campo contrario gracias a la buena presión ejecutada por El Bilal y Melero. 

El tanto con el que puso la guinda al partido que lo convertía en bicentenario en Primera División -pocos futbolistas alcanzan la cifra de 200 duelos en la máxima categoría en su carrera- supuso una liberación para el malagueño, que con su gesto en la celebración le dedicaba el gol a sus hijos y luego, delante de los micrófonos, contaba que no lo había pasado bien: "La sensación ha sido agridulce. Personalmente estoy contento por poder aportar, porque no está siendo fácil este año para mí". En esas palabras Portillo verbalizaba todo lo que lleva interiorizando en las últimas semanas.

La mejor noticia de todas es que a ojos de los aficionados se ha recuperado a un jugador que parecía más fuera que dentro y que todavía puede aportarle mucho fútbol a la UDA, de los que darán la cara hasta su último día de contrato: "Es un privilegio poder cumplir 200 partidos en Primera, y marcando un gol, todavía más".

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