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Que haya suerte

  • Con hasta siete bajas importantes, algo inverosímil para afrontar la recta final con garantías, en La Romareda esperan frotándose las manos

A Lucas Alcaraz no le queda otra que vender el mensaje del buen trabajo de la semana, de la ilusión del grupo y de que en el fútbol todo puede ocurrir. Esto último es cierto, en el deporte no hay escrito, pero jugar con fuego no es lo más recomendable en ningún ámbito de la vida. En Segunda División, el Almería lleva dos temporadas jugueteando con las ascuas y este año están más vivas que nunca. La reacción, que la hubo con la llegada del granadino, se ha convertido en una cuesta abajo pronunciadísima y con una media de cinco o seis bajas cada semana, veremos si alguien consigue frenar a un coche que falla más que el de Fernando Alonso.

Viendo que el club no fue capaz de fichar medianamente en condiciones ni en verano ni en vierno, poco se puede hacer con las bajas. Sólo resignarse ante la suerte. A eso es a lo único que puede agarrarse la afición, a que la fortuna sonría y los resultados necesarios caigan. Aunque con el fútbol practicado en las últimas siete jornada, más que suerte se necesitan nuevos milagros. El Almería ataca mal y defiende peor, el sello de Lucas no aparece y por ellos, los puntos se escapan domingo sí y domingo también.

Necesitado a más no poder después de fallar ante el Albacete, los rojiblancos vuelven a estar en cuadro para visitar uno de los encuentros más complicados de lo que queda de temporada. El problema de tanta lesión es que el técnico tiene que apostar por jugadores en los que no cree. Mira que Lucas ha dado oportunidades a gente como Fidel, Álamo o Juan Muñoz, que vuelve a pasar de titular a descarte, pero es que no hay por donde cogerlos. Con ellos, el Almería tendrá que jugarse el ser o no ser en la Liga de Fútbol Profesional, normal que la afición esté que trina y pida un cambio en la dirección del club.

Confiaba Alcaraz en recuperar a Nano en el último entrenamiento efectuado en la mañana de ayer, antes de viajar por carretera hacia Málaga, en busca del AVE que les llevara hacia la capital maña. Sin embargo, el malagueño seguía con molestias y el técnico no ha querido arriesgar, puesto que prefiere tenerlo a tope frente al Barcelona B, partido que marcará un antes y un después. Igualmente, Pozo no ha mejorado del esguince de su tobillo lo suficiente como para vestirse de corto esta tarde y descansa de cara a la semana que viene. El resto son las ausencias habituales, destacando lo comentado anteriormente de que Juan Muñoz ni tan siquiera fue convocado, lo que demuestra el caos que es el puesto de delantero centro en el conjunto rojiblanco. Quien sí se vistió con el chándal y se subió al autocar fue Sulayman, que no está para jugar los noventa minutos, aunque sí podría saltar en la segunda parte si el partido así lo demanda.

Ante ello, el Zaragoza se frota las manos, ve sangre y quiere aprovecharse. El conjunto de Natxo González intentará levantarse del tropezón sufrido contra el Rayo Vallecano en la anterior jornada, que le dejó sin opciones de luchar por el ascenso directo. Además, los maños quieren la revancha del 3-0 de la primera vuelta en el Mediterráneo, partido que hizo reaccionar al Almería de la mano de Fran Fernández hace ahora cinco meses.

El equipo González acredita, salvo el fiasco ante el colista Sevilla Atlético, unos excelentes números en La Romareda en la segunda ronda liguera donde en los siete partidos disputados ha marcado diez goles y solo ha encajado tres, lo que hace un promedio de 1,42 a favor y 0,42 en contra.

¿Y este Almería será capaz de sumar algo positivo allí? Si a la Diosa Fortuna le apetece esta noche marcarse un detalle...

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