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Para tirarse de los pelos

  • Monólogo El Valladolid se encerró tras la expulsión de Nivaldo y le regaló la pelota a un Almería que supo moverlo con cabeza Jugó Solari Descartado por Hugo Sánchez, ayer fue necesaria su participación por la lesión de Goitom

Cuando no puede ser, no puede ser. Y además es imposible. No hay otra manera de resumir un partido que dominó de cabo a rabo el Almería y en el que gozó de ocasiones de todos los colores. Cuando no era el larguero, era un defensa bajo palos; cuando no, Jacobo presentaba sus credenciales para ser el guardameta titular de la Selección Española. En fin, que hay noches en las que el balón está peleado con las mallas de la portería contraria y no quiere alojarse en su interior.

Sorprendió Hugo Sánchez desde el principio apostando por un trivote con Vargas y Bernardello como perros de presa y Soriano actuando como mediapunta. El técnico mexicano quería tener bien controlado el centro del campo y debilitó un poco el aspecto ofensivo, que se vio algo huérfano en algunas ocasiones de ataque.

La expulsión de Nivaldo a los 12 minutos tras trabar a Uche cuando se marchaba solo, cambió el encuentro: el Almería se hizo dueño y señor del encuentro. Mendilibar hizo dos cambios para enmarañar más todavía su parcela defensiva. Aún así, los rojiblancos dispusieron de clarísimas ocasiones de gol, que no marcaron.

Crusat, el mejor almeriense en ataque, le puso el tanto en bandeja a Uche, que no acertó a rematar en la línea de gol. Acto seguido, Soriano centra y el remate de cabeza de Juanma Ortiz se marcha lamiendo el palo.

El Valladolid, que apenas podía contener al Almería, también tuvo su ocasión en las botas de Manucho, tras un fallo de Acasiete. Casi con el primer tiempo finalizado, Crusat se planto solo en dos ocasiones ante Jacobo, pero tampoco estuvo acertado. Mateu Lahoz, viendo que no había manera de marcar, señaló el descanso del partido.

Si en la primera mitad el dominio había sido rojiblanco, en la segunda lo fue todavía más. El Valladolid renunció totalmente a jugar y sólo se preocupó de defender, defender y defender. Así, Uche, nada más arrancar los segundos cuarenta y cinco minutos, probó de nuevo fortuna, pero Jacobo despejó a córner.

En el minuto 55, Juanma Orti sacó un centro muy abierto al que llegó con dificultades Crusat en el segundo palo, pero no pudo rematar con claridad. Poco después, el propio extremo rojiblanco sacó un córner al pico del área chica, que remató en plancha Soriano y Jacobo despejó como pudo. Eran los minutos de mayor agobio del Almería.

Pero la ocasión más clara y que mejor refleja lo que fue el partido, llegó en el minuto 71. Remate perfecto de Uche al larguero, el rechace le cae a David Rodríguez en el área grande que fusila a Jacobo, pero Luis Prieto saca debajo de los palos. Era para tirarse de los pelos; la impotencia se apoderó de un equipo que hizo todo por ganar, pero que se tuvo que conformar con un punto que sabe a poco, a muy poco.

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