UD ALMERÍA | Contracrónica

El vestuario del Almería ya verbaliza el ascenso vía play-off

  • Morlanes o Samú Costa así lo manifestaban tras la igualada frente al Espanyol

Samú Costa, en cuclillas tras empatar ante el Espanyol

Samú Costa, en cuclillas tras empatar ante el Espanyol / Javier Alonso (Almería)

En el seno de la UD Almería la palabra promoción (o en su vertiente anglicista play-off) ha sido tabú a lo largo de toda la temporada. La propiedad, encabezada por Turki Al-Sheikh, no quería ni oír hablar de la posibilidad de tener que acudir de nuevo a la ronda eliminatoria para dirimir el ascenso a Primera División debido a la mala experiencia del curso pasado, cuando el equipo, tras una vorágine de cambios en el banquillo, sucumbía a las primeras de cambio ante el Girona de Francisco.

El término casi generaba urticaria, por lo que la consigna transmitida al staff técnico y al vestuario desde la primera jornada fue que el objetivo ineludible pasaba por hacerse con una de las dos plazas que daban derecho a subir por la vía rápida. La enorme inversión realizada en el capítulo de fichajes y el hecho de tener el segundo tope salarial más alto de la categoría de plata (solo superado por el Espanyol) así lo demandaba. 

Entonces no se calibró bien que se estaba cargando de una presión quizá innecesaria de antemano a un plantel excesivamente joven y con muchos jugadores que, pese a acumular cierta veteranía en según qué casos, se estrenaban en una categoría muy competitiva y traicionera.

Makaridze, Ivanildo, Centelles, Morlanes, Samú Costa, Robertone, Brian Rodríguez, Carvalho, Ramazani, Schettine o el propio Umar Sadiq no habían tenido contacto previo con ese 'hábitat especial' que es la Liga Smartbank, nada menos que once efectivos, algunos de ellos integrantes de la columna vertebral en el esquema táctico de José Gomes. 

Makaridze y RDT se saludan después de que el georgiano le detuviera un penalti Makaridze y RDT se saludan después de que el georgiano le detuviera un penalti

Makaridze y RDT se saludan después de que el georgiano le detuviera un penalti / Javier Alonso (Almería)

De ese lastre con el que han ido conviviendo partido tras partido deberían haberse liberado tras la igualada ante el Espanyol, puesto que a falta de siete jornadas para el término de la fase regular deja ya prácticamente inalcanzables esos puestos de privilegio al seguir los pericos a 10 puntos de diferencia con 21 por disputarse y el Real Mallorca a 7 más el gol average particular, con lo que la remontada es quimérica.

Baluartes del equipo como Samú Costa o Manu Morlanes ya lo verbalizaban al final del encuentro ante los blanquiazules con una mezcla de resignación y liberación a su vez. "El ascenso, siendo realistas, está muy lejos, debemos reencontrarnos con nosotros mismos", decía al respecto el centrocampista maño, mientras el luso incidía en el mismo mensaje: "el foco ahora no está en el ascenso directo, sino en hacerlo lo mejor posible".

No cabe duda de que la cruda realidad ha forzado a la directiva y al plantel a cambiar su ambicioso discurso, pero eso no quiere decir que se caiga en el fatalismo. Restan siete jornadas por delante en la que el mayor error para el Almería sería bajar los brazos y no salir de esta dinámica descendente en la que se halla inmerso porque el resultado de eso sería otra traumática eliminación a las primeras de cambio en la promoción, independientemente de que el rival sea Leganés, Sporting o Rayo Vallecano.

José Gomes ya ha hablado con sus pupilos para intentar paliar este golpe psicológico que ha significado no cumplir con la primera premisa y hacerles ver que deben rearmarse para afianzar la tercera plaza y asaltar el ascenso desde un puesto que otorga ventaja de campo y en caso de empate en las eliminatorias. De aquí al 2 de junio (fecha del primer duelo de play-off) esa será la nueva meta. Toca reiniciar partida. 

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