UD ALMERÍA
  • Ya nadie se acuerda del nigeriano, cuya marcha a San Sebastian fue traumática

  • Rubi ha armado un equipo equilibrado y que muestra oficio

Había vida sin Sadiq

Baptistao y Embarba se han convertido en dos piezas indiscutibles Baptistao y Embarba se han convertido en dos piezas indiscutibles

Baptistao y Embarba se han convertido en dos piezas indiscutibles / Javier Alonso (Almería)

"Hemos armado otra vez un buen grupo y que la gente nueva ayude (...). La conjunción del equipo es buena. Quitando Bilbao, el equipo ha competido siempre". Eran palabras de Rubi después de vencer al Getafe, en el cuarto triunfo consecutivo en el Power Horse Stadium. La ausencia de Umar Sadiq el último día de mercado y los correspondientes malos resultados hicieron presagiar lo peor, apareciendo incluso fantasmas similares a los vividos en la última etapa de Alfonso García.

Que el Sevilla se marche al parón mundialista en posiciones de descenso o que otro tiburón como el Celta afronte el asueto por detrás de los rojiblancos habla de la dificultad de una Primera División a la que el Almería ya está perfectamente adaptado. La ausencia de gol (403 minutos sin ver portería) coincidió con las cuatro derrotas consecutivas y la marcha de Sadiq en el último día de mercado, lo que provocó que inevitablemente apareciese el debate sobre el nivel de la plantilla, cuestionándose las diferentes entradas estivales al no terminar de entrar en el once.

Mientras, Rubi pedía una y otra vez un tiempo que cada vez escasea más en el fútbol. El jeque, impulsivo otrora, se lo concedió y la jugada no le ha podido salir mejor, acabando el Almería la primera parte de la temporada con 16 puntos en números de permanencia, en decimocuarta posición. Con el lunar de las cifras como visitante, los guarismos en el Estadio de los Juegos Mediterráneos son fantásticos, con cinco triunfos en siete encuentros, lo que le convierte en el quinto mejor local de la categoría, si bien la imaginaria tabla es algo engañosa, puesto que el Athletic, por ejemplo, ha jugado un partido más. De la sequía goleadora nadie se acuerda: en su campo sólo el Barcelona, el Real Madrid y el Valencia han celebrado más goles que los que se han cantado en La Vega de Acá: trece.

La entrada de Melero en la medular ha resultado clave, siendo el motor rojiblanco

Pero más allá de números, lo plausible es que el conjunto de Rubi ha competido en prácticamente todos sus encuentros. Con un plantel neófito en la categoría, el Almería ha mostrado un considerable oficio, manejando con nota diferentes aspectos del juego y sabiendo sufrir cuando toca. El cuadro rojiblanco también ha presentado una personalidad notable, con inicios arrasadores en los partidos que ha comenzado la jornada en descenso, caso del día del Rayo y del Girona.

Rubi, además, ha encajado nuevas piezas, como las de Mendes, Melero, Baptistao, Embarba y Touré, quienes se han ganado un hueco en el once tipo. El ex del Levante se ha erigido como pilar al convertirse en el motor rojiblanco, aportando los dos extremos la experiencia necesaria en un vestuario tan joven, sin contar otros aspectos como las jugadas a balón parado o la verticalidad que muestran. De Touré ya pocos dudan, convirtiéndose en la lanza de ataque de un nuevo Almería, que ha evolucionado y que ya no echa de menos a un jugador tan importante como Sadiq.

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