Gonzalo Urquijo sigue peleando una vez destituido por los accionistas de Abengoa S. A. como presidente de la matriz histórica por hacer realidad la operación de rescate financiero que firmó el pasado 6 de agosto .

El depuesto presidente de Abengoa envió este martes por la tarde una carta a los empleados del grupo en su calidad de presidente de la filial Abenewco 1, en la que sostiene que esa refinanciación sigue su curso. Los promotores de la junta general, Abengoshares, interpretan, por contra, que con la aprobación de la reprobación (punto dos del orden del día) ese rescate quedaba sin validez. La carta no deja a lugar a dudas de que la dirección depuesta en la matriz pero no en la filial interpreta lo contrario.

Con membrete de Abenewco,  en la comunicación, adelantada por El Español, Urquijo les dice a los empleados que la compañía tiene “armada una operación de financiación, avales y proveedores, que se mantiene activa y que se puede cerrar y materializar con el apoyo de las partes implicadas, lo que, sin duda, resolvería definitivamente los problemas de viabilidad que la situación Covid-19 nos ha ocasionado”.

Pese a esta declaración, la Junta de Andalucía confirmó ayer a este diario que no hay novedad  al respecto y que sigue sin tener forma de participar en el rescate. Fuentes del ejecutivo ven, además, aún más complicado que lo ocurrido en la junta general facilite un cambio de postura.

Urquijo también les dice a los empleados que, “con independencia de todas las vicisitudes y acontecimientos de las últimas semanas/días”, trabajan en “una compañía competitiva en marcha, con un gran potencial y posicionada estratégicamente en los mercados de futuro; como son el desarrollo sostenible, en general, y el agua y las energías renovables, en particular”. Esta especialización, dice “concede a nuestra compañía enormes posibilidades”.

 En tercer lugar, Gonzalo Urquijo asegura a la plantilla de Abenewco !, que “las controversias entre accionistas y acreedores financieros deben resolverse entre ellos cuanto antes”. El directivo les traslada a los empleados que está “convencido que, una vez más, la compañía sorteará las dificultades por muy duras y difíciles que estas sean y que tendrá el prometedor futuro que merece”. “Nunca vi un equipo tan extraordinario”, les anima al despedirse.