Tribuna Económica

carmen pérez

Atreverse con el MARF

La reciente crisis puso de manifiesto el alto grado de bancarización de nuestra economía, y la vulnerabilidad que supone para las empresas esta dependencia. Para superarla, en 2013, Bolsas y Mercados Españoles (BME) puso en marcha el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Este mercado se diseñó, en línea con los de otros países europeos, con las características adecuadas para que empresas de menor tamaño, con pocos años de actividad o que tuvieran una naturaleza innovadora pudieran captar financiación ajena mediante la emisión de pagarés y bonos. El número de sociedades admitidas a negociación ha crecido de forma continua y actualmente son 47. Sin embargo, a pesar del crecimiento que ha experimentado este mercado, el volumen de financiación canalizado es todavía muy reducido. Son muchas las empresas españolas que cumplen los requisitos y podrían también atreverse.

Esta iniciativa se enmarca dentro del proceso de desintermediación financiera que se viene produciendo en nuestro país en estos últimos años, impulsado en parte por determinados cambios normativos y fiscales que se han llevado a cabo. Según datos del Banco de España , "en el periodo 2009-2017 las empresas no financieras han captado financiación por un valor medio anual de 50.000 millones a través de los mercados de valores, frente a un descenso en media anual de 34.000 millones vía préstamos bancarios". Y especialmente destaca cómo los valores de renta fija en relación con el total de los pasivos exigibles con coste se ha duplicado, pasando del 7% en 2007 al 14% en 2017.

Pero el grueso de esa financiación se debe a las emisiones de grandes empresas. El reto ahora es que se animen a emitir también muchas más de las que tienen un tamaño algo más pequeño. Para ello, los requisitos de acceso al MARF son más flexibles, permiten una mayor agilidad y la tramitación de las emisiones supone un menor coste. Entre las empresas emisoras están Copasa, Pikolín, El Corte Inglés o Barceló. También han entrado otras de mayor tamaño, como Sacyr o Masmóvil. En Andalucía, sólo una empresa, Inmobiliaria del Sur, se ha lanzado a esta forma de financiación, emitiendo un programa de pagarés para financiarse a corto plazo. Se estima que el MARF habrá admitido a cotización en todo 2018 unos 5.000 millones de euros, con emisiones de un volumen medio de 50 millones.

Las ventajas que puede aportarle a una empresa financiarse en el MARF va más allá de diversificar las fuentes de financiación y de ganar independencia frente a la banca. Cotizando en el mercado se gana visibilidad internacional y confianza. Además, cumplir con las exigencias en el momento de la salida y con las obligaciones de información al mercado de carácter periódico suele conducir a una mejora de la gestión interna y a una mayor calidad del gobierno corporativo. Pero queda mucho por hacer hasta que los empresarios se familiaricen con esta forma de financiación. Y en este sentido, es muy interesante la plataforma El Entorno Premercado, creada por BME y Big Ban Angels dentro de la Bolsa de Valencia para formar financieramente a las empresas, ayudarlas a superar las barreras de entrada y preparar su salida a los mercados.

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