Tribuna Económica

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Draghi: de la magia a la impotencia

Mario Draghi, el salvador de Europa, se despide de su cargo de gobernador del Banco Central Europeo(BCE)anunciando una potente batería de medidas de política monetaria expansiva para el mes de septiembre. Las palabras de Mario Draghi han sido siempre tan efectivas como las medidas adoptadas. Era la magia de Draghi. El jueves pasado, mientras Draghi anunciaba la andanada de medidas monetarias expansivas, volvió a funcionar la magia, los mercados reaccionaron con una notable recuperación. Sin embargo, en esta ocasión la reacción fue efímera. La magia de Mario Draghi se desvanecía.

La política monetaria del BCE es cada vez menos eficiente. Una política monetaria temporal para salvar una recesión extraordinaria, se ha convertido en permanente, en la nueva normalidad. Lo preocupante es que la inflación no responde a la política monetaria. La prolongación en el tiempo de esta política ha adulterado el funcionamiento de los mercados, provocando grandes desequilibrios financieros, un creciente endeudamiento y burbujas financieras e inmobiliarias. Además la rentabilidad y solvencia de la banca se están viendo gravemente dañadas. La banca se enfrenta a una gran reconversión de su modelo de negocio y a nuevas fusiones ante la expectativa de un largo periodo de bajos tipos de interés.

Es cierto que la política monetaria del BCE ha evitado que la Eurozona haya entrado en depresión. Pero el excesivo tiempo de política monetaria súper expansiva y tipos de interés cero o negativos ha provocado que la economía se haya hecho adicta a la droga de la liquidez gratis. Draghi va a ser el único gobernador del BCE que se va sin haber subido ni una sola vez los tipos de interés. Se va como salvador frente a la depresión, pero como perdedor ante una indomable baja inflación. La culpa no es del BCE, es de los gobiernos que no han acompañado a la política monetaria con las políticas fiscales y estructurales necesarias. El BCE que ha trabajado en absoluta soledad está atrapado en un callejón sin salida, no puede volver a la normalidad monetaria y se enfrenta a una posible recesión con la munición monetaria casi agotada.

Mario Draghi justifica la nueva batería de medidas extraordinarias por que la economía europea va a peor y la inflación permanece estancada, en un contexto de incertidumbre global. No obstante descarta que estemos ante una recesión. En el mes de septiembre se espera una nueva subida del tipo de interés negativo de depósito de los bancos, nuevas compras de bonos y ayuda a los bancos para paliar su baja rentabilidad.

Draghi insiste en la necesidad de que los gobiernos acompañen con políticas fiscales expansivas. Las políticas estructurales siguen siendo necesarias, pero se requieren políticas que actúen en el corto plazo ante el agravamiento de la desaceleración económica. Desgraciadamente el tiempo para la reformas estructurales, de efecto a medio plazo, se está acabando. Sólo aquellos países que tengan superávit fiscal podrán acometer políticas fiscales expansivas. Desafortunadamente España tendrá que hacer lo contrario, dado su alto endeudamiento público. Y mientras tanto sin Gobierno y sin Presupuestos.

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