Última entrevista de José Luis García Palacios a Huelva Información

"Huelva necesita líderes políticos"

  • Confía en la fuerza turística de Huelva, que "para despegar" necesita infraestructuras y más ambición empresarial

  • Ve imprescindible la formación y experiencia para ser buen político

José Luis García Palacios posa en la sede central que comparten la Caja Rural del Sur y la Fundación en Huelva capital.

José Luis García Palacios posa en la sede central que comparten la Caja Rural del Sur y la Fundación en Huelva capital. / reportaje gráfico: alberto domínguez

Con motivo de la muerte de José Luis García Palacios recuperamos la última entrevista que concedió a Huelva Información en octubre de 2017: 

Llega a la cita con una puntualidad británica. Sereno y dispuesto a hablar del pasado, presente y futuro de su provincia, a la que ama "por encima de muchas cosas". Esta entrevista llega en el colofón de una trayectoria en la que destacan más de 45 años al frente de la Caja Rural, pero la actualidad política manda y acapara la mayor atención de dos horas de conversación en las que José Luis García Palacios deja a la luz la satisfacción del trabajo bien hecho, de la entrega a lo que considera justo y a una familia que ha "intentado hacer bien". La puerta de su flamante despacho de la Fundación Caja Rural (que aún huele a moqueta nueva) se abre sólo para que entre a saludarle su familia más directa con un cariñoso "buenos días, papá".

-Vivió la transición desde la primera fila y fue el primer senador de Huelva en unos tiempos en los que la política era bien distinta...

-He vivido una serie de aventuras extraordinarias. Desde el advenimiento de la democracia, a los últimos años del régimen anterior, que fueron de esperanza y que sirvieron para poner la base al desarrollo de la provincia. Ya en las primeras legislativas volví a salir elegido y fue una etapa de mucha ilusión. Fuimos a Madrid llenos de futuro... Yo aprendí una barbaridad y siempre he recomendado a mis hijos que pasen por ella. Yo pasé cinco años inolvidables. ..

-Eso es porque no había la crispación actual, ¿no?

-No había la inquina de hoy, no. Es muy molesta y absolutamente contraproducente y absurda. Cada uno debe exponer sus criterios pero... En mi época íbamos en el tren jugando a las cartas tanto los de UCD como los del PSOE, e incluso Carlos Navarrete [senador socialista y fundador del PSOE en Huelva] me pidió alguna gestión muy importante para la provincia y por supuesto que se la hice.

-¿Por qué ha cambiado tanto el perfil político?

-Se ha introducido el factor económico. Hay personas que su primer trabajo es de parlamentario y, aún peor, hay quien quiere en su primer trabajo ser presidente del Gobierno; eso es más grave. Cuando uno se va a operar no quiere un recién salido de la Universidad... El tema económico es importante. Es digno, absolutamente, pero tiene que haber una solera. Si quieres tener a alguien con experiencia, a gente de categoría, que la hay, hay que pagarlo. Lo que no se puede tener es a gente sin experiencia.

-¿Cree que se ha perdido la vocación de servicio?

-No se ha perdido, aunque muchos van a la política a resolver su estatus social.

-¿Cómo no dio el paso a la política provincial o local?

-Me hubiera gustado muchísimo ser presidente de la Diputación pero... Amo la provincia de Huelva por encima de muchas cosas. Podríamos estar mejor. Es una cuestión de mala suerte...

-¿Mala suerte?

-Estamos mal situados, entre dos ríos, y tengo que reconocer que a mí me han engañado los políticos porque me habían dicho que la carretera con Cádiz la iban a hacer, la queríamos por la costa, nos contentamos con que la proyectasen por Lebrija y… ni Lebrija ni Cádiz ni nada. Muchas veces nos miramos el ombligo y no sabemos distinguir las cosas. Huelva es una provincia que tiene muchísimos motivos para disfrutar de ella, pero hay que prepararla. Aquí lo que hemos hecho los hombres no está tan bien hecho. A Huelva le faltan para despegar buenas comunicaciones. Tenemos un puente con Portugal y necesitamos uno con Cádiz, está claro, y que los alcaldes de la Costa tengan otra mentalidad y se abran a lo que se ha hecho en otros destinos como Málaga. El turismo de Huelva tiene futuro porque tiene una gastronomía fuera de lo común, porque es una preciosidad y una provincia como Huelva no es fácil de encontrar. Hay que tener confianza y querer hacer las cosas.

-¿Cree que hay una mano negra?

-No, no creo. Sevilla nos quita porque es una de las mejores ciudades de Europa y su destello empaña el nuestro; pero hay que aprovecharse de ello. Sumar, no restar.

-Entonces, ¿ es que hay falta de liderazgo?

-Sí, claro. Personalmente creo que sí. Huelva necesita líderes políticos, está necesitada de ellos. Un ejemplo de ello: en una reunión de empresarios he preguntado por los parlamentarios de Huelva y no se les conoce y, claro, menos aún a los andaluces. Son importantísimos porque son los que tienen una llave para hablar con el poder. El parlamentario puede abrir el camino y creo que debería estar todo el día contando sus proyectos y no lo hacen.

-¿Quizá hay falta de conexión con la ciudadanía?

-Obviamente. Eso no es bueno porque no plantean temas importantes para Huelva, seguramente.

-¿Cómo ve la situación de Cataluña?

-Con mucha preocupación y bastante disgusto. Una gran parte no está por la labor. No se puede estar permanentemente inventando el país, queriendo cambiar el régimen. .. Hay que trabajar.

-¿Por qué cree que se ha llegado al estado actual?

-La situación es complicada. Por una serie de circunstancias, dieron con la tecla de la industrialización. Se instaló allí por la compensación de lo que fuera, como pasó en el País Vasco. Eso le da un plus al catalán. Se consideran mejores y eso tiene una parte de razón. Pero que el mejor quiera separarse, primero es ingrato; segundo, todos hemos colaborado. Creo que no somos conscientes de la situación y que ha faltado unidad política. La historia muchas veces se repite y de eso muchos se olvidan.

-¿Cómo se le ocurrió revolucionar el campo onubense y poner en marcha esa Huelva verde que mira con tanto orgullo?

-Cuando empecé a trabajar en mi finca, me di cuenta de que Huelva no tenía regadíos a pesar de ser la segunda provincia española donde más llueve, algo que hoy aún se desconoce. Son lluvias torrenciales y por eso el problema está en hacer pantanos. Entonces había 2.000 hectáreas de regadío de un millón cuarenta mil... Y había que cambiar la mentalidad. Inventamos la Cámara Agraria, la asociación Huelva verde porque lo importante entonces era intentar cambiar la mentalidad de los agricultores.

-Supongo que al principio sería duro...

-Al principio fue duro. Los fondos de las obras sociales los destinamos a mandar a especialistas a los pueblos para que impartiesen conferencias. Llevé a agricultores a Italia, Almería... Tenían que convencerse de que había que dejar el arado romano y coger el microaspersor y el abono localizado. Hoy tenemos el fruto del cambio de mentalidad de hace 70 años.

-Entonces contaron con el apoyo de la Administración, ¿no?

-La Administración se hizo eco poco a poco. Fui a ver al ministro, que me llevó a que fuera a ver al director del Instituto de Reforma y de Desarrollo Agrario. Le planteé hacer riegos en el Chanza y nos mandaron los mejores ingenieros y después se hicieron en la zona.

-¿El problema ahora es la regulación?

-Hay que buscar un equilibrio, sí. La fresa se ha autorregulado. Los frutos rojos hay que ver... Los arándanos, por ejemplo, no se conocen fuera de aquí y hace falta publicidad. Las asociaciones y cooperativas tienen que hacer publicidad. Con el kiwi no se sabía lo que era y se hizo publicidad en la televisión. Primero se hizo la campaña de promoción y luego empezó el consumo. Hay que hacer lo mismo.

-¿Cómo ve el futuro de la agricultura en Huelva?

-Se pueden experimentar muchos cultivos nuevos porque tenemos un clima estupendo.

-¿Europa es aliada o todo lo contrario?

-Europa está predispuesta a recibir productos de Huelva, a consumir productos de calidad. No sólo frutos, sino vinos, como el de naranja o el vermú, amontillado... La flora de Huelva es la mejor de España junto con la de Cádiz y por eso el vermú es tan bueno, por la maduración con plantas. Con la miel, ocurre lo mismo. Hay que aprovecharlo.

-Siempre se habla de la potencialidad de Huelva. ¿Hay falta de ambición?

-Falta ambición y que salgan fuera. Nadie nace sabiendo y hay que salir para ver las posibilidades que hay en tu tierra. Tenemos todas las posibilidades.

-Precursor en la agricultura y también en el sistema financiero de cooperativas...

-Ni la banca ni las cajas querían saber nada de la agricultura. Los agricultores no eran tratados como se debía por la banca y la caja de Huelva, y entonces nace Caja Rural, apoyada en las cooperativas agrarias de Huelva.

-¿En algún momento pensó que podían llegar a lo que hoy son?

-No. Ni eso ni que iba a ser 45 años presidente. El Banco de España me pidió que dejara todo para hacerme cargo de la situación de Sevilla, que tenía un serio problema. Me dediqué en cuerpo y alma y la explotación la dejé en manos de mi familia. Afortunadamente acertamos.

-Hicieron una fusión sin ruidos ni estridencias y sin poner un solo céntimo.

-Con nuestras reservas y nuestro trabajo. Había serios problemas en Sevilla y Córdoba y se solucionaron, y cuando la gente tuvo conocimiento de ellos, ya estaba todo resuelto. Mentalizamos a la población de Sevilla para que volviera, después de que hubiera muchas bajas...

-¿Extremadura se quedó fuera por un tema político?

-Por un problema absurdo político.

-¿Cuál fue el secreto del éxito de la fusión?

-Tener un equipo bueno y mentalizarnos todos de que había que ahorrar y pensar cada paso que diéramos. Con todo, ha habido problemas. Pero se solucionaron trabajando y estando en cada pueblo de la mano de la Fundación.

-Hablaba antes de un problema político en el intento de que Extremadura se uniera. ¿Es también el problema que ha arrastrado la banca?

-La problemática de la banca ha sido tremenda pero ha hecho las cosas muy bien en general. Pero ha sido lamentable que la política haya entrado en las cajas de ahorros. Cuando un político nombra a un director, el día que hay que denegar un préstamo para hacer un aeropuerto sin futuro, por ejemplo, pues se tiene que dar porque hay que ganar unas elecciones. Ese es el principio del fin de las cajas de ahorro.

-¿Las ayudas a la banca fueron necesarias en las condiciones que se dieron?

-Las ayudas han sido necesarias. La banca es como el riego sanguíneo. Las entidades permiten la actividad económica. Ha habido que ayudarlas pero no se dice que se han querido proteger los intereses de terceros y sus fondos. Si quiebra una entidad... La banca es absolutamente necesaria en nuestro sistema. Si quiebra, se pierde el dinero. La banca ha hecho una labor estupenda en muchos casos.

-Pero en otros... el Fórum Filatélico, las preferentes, las cláusulas suelo...

-La cláusula suelo en muchos casos es una mentira, una barbaridad. En nuestro caso hemos tenido clientes a los que se les ha preguntado si se quiere interés fijo o variable y se les ha explicado. Tenemos el caso de un ingeniero que no comprendía las cláusulas... Habrá muchos casos en los que se hayan aprovechado, pero el cuerpo de notarios se ha puesto de perfil. A la banca la han vituperado por esto una barbaridad y no se ha defendido y ahora pagan justos por pecadores. Efectivamente se han hecho engaños, con el Fórum, las preferentes... Ahí me callo porque en muchos casos era un trato particular entre el cliente y el directivo; puede ser, pero en el tema de las cláusulas suelo no.

-¿Estamos saliendo de la crisis?

-En la época de las vacas gordas nos equivocamos todos. Aunque yo la advertí un año antes, cuando se veía la morosidad en los niveles que estaban... Ahora estamos bien. Lo importante es la confianza de los mercados y del cliente. Y se pierde en un santiamén porque el dinero es miedoso.

-¿Cómo se pudieron dar tantos créditos sin garantía?

-Se daban primas y ayudas que se repartían entre los directivos de las cajas y su empleados. Cuanto más se hacía, más de ganaba. Nosotros tuvimos problemas, pero no tantos como las cajas. Tuvimos la suerte de venir de la fusión de Sevilla y andábamos con los pies de plomo. Los préstamos hay que mirarlos teniendo pies de plomo.

-¿La banca va hacia la fusión?

-La fusión te defiende de los grandes, que son los europeos. Es importante, pero el grande se aleja del cliente y nosotros tenemos el caso contrario.

-¿El dinero de los clientes ya no es lo importante?

- El pasivo (el dinero) ya no vale. Antes era preferible tener dinero en una cuenta y no hacer ningún negocio. Ahora estamos en el caso contrario: nos deja dinero la inversión. Lo más importante ya se ha hecho tras la crisis, pero queda el esprint final y para eso hace falta confianza y que Dios quiera que no haya problemas políticos, que esos sobran.

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