Informe anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

La OCDE advierte de un estancamiento salarial inaudito pese al empleo creado en España

  • Es el segundo país de los analizados con más pobres en edad de trabajar. Los nuevos empleos no tienen la misma calidad que los destruidos en la última década.

El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, el lunes en Holanda.

El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, el lunes en Holanda. / Jerry Lampen / EFE (La Haya)

El empleo se ha recuperado globalmente en la OCDE a niveles anteriores a la crisis económica, pero no los salarios, que sufren un estancamiento sin precedentes que afecta en particular a países como Grecia y España y a los trabajadores precarios y que han pasado por periodos de paro.

El informe anual de perspectivas del empleo publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advierte además de que los empleos que se están creando no tienen la misma calidad que los destruidos con la recesión de hace un decenio.

El bajo nivel de crecimiento de la productividad (1,2% anual en los cinco últimos ejercicios, frente al 2,3% antes de la crisis) es uno de los factores que explica ese estancamiento salarial.

El ritmo de progresión nominal de los salarios, del 5,8% en el segundo trimestre de 2007, antes de la crisis, pasó al 3,2% en el último trimestre del pasado año.

Ese fenómeno no se ha producido de forma homogénea, ya que las remuneraciones del 1% de los asalariados más favorecidos han crecido a una cadencia mucho más elevada que la media de los trabajadores a tiempo completo, una tendencia de largo plazo que se refuerza.

En el otro extremo de la escala social, el porcentaje de pobres entre la población en edad de trabajar subió al 10,6% en 2015, frente al 9,6% una década antes, en parte porque quienes perdieron su empleo han tenido una cobertura de paro más deficiente.

Menos de uno de cada tres reciben subsidios y muchos, al quedarse sin esa cobertura, se han visto obligados a aceptar puestos de peor calidad y remuneración.

Más gente trabajando que antes de la crisis

España es uno de los casos que mejor ilustran el impacto de la inseguridad en el empleo sobre el salario. Si las remuneraciones del conjunto de los trabajadores se hubieran comportado como las de quienes han mantenido su empleo desde 2007, los salarios reales habrían sido un 3,1% superiores en 2014.

Todo eso pese a que la tasa de empleo a finales de 2017 llegó al 61,7% de la población de entre 15 y 74 años, lo que significa que había más gente trabajando que antes de la crisis. Ese porcentaje seguirá subiendo para alcanzar el 62,1% al terminar 2018 y el 62,5% a finales de 2019.

España destaca por ser uno de los países de la OCDE en los que los salarios reales bajan, en particular por la mala calidad de los nuevos empleos creados tras la crisis, lo que redunda en que sea el segundo por la cola, tras Grecia, con mayor porcentaje de pobres en edad de trabajar.

Trabajar y no llegar a final de mes

Un 15,9% de los españoles en edad de trabajar tiene unos ingresos inferiores al 50% de la media del país, muy cerca del 16% de Grecia. La primera razón es el elevado nivel de paro, que continúa siendo el segundo más alto de los países miembros (un 15,9% en abril pasado, de nuevo sólo por detrás de Grecia) pese a la mejora de los últimos años (había llegado al 25,8% a finales de 2014).

La explicación es que muchas personas se quedaron sin empleo tras el estallido de la crisis en 2007 y permanecieron en paro durante mucho tiempo, dependientes de los subsidios que al cabo del tiempo se agotaban para muchos.

La presión para encontrar alguno de los pocos puestos de trabajo disponibles les ha llevado a aceptar lo que había, que en muchos casos son empleos a tiempo parcial o peor remunerados.

Si en la mayor parte de los indicadores de empleo España aparece en la cola del mundo desarrollado, no ocurre lo mismo con la brecha salarial entre hombres y mujeres, que en España es del 34%, 4,5 puntos inferior al del conjunto de la OCDE, ni tampoco en el nivel de ingresos, donde está prácticamente en la media.

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