Tribuna Económica

Rogelio velasco

Perspectivas positivas para la economía española

El Fondo Monetario Internacional presentó ayer su informe de primavera, recogido en el World Economic Outlook.

Con frecuencia tenemos la impresión de que las cosas están peor que nunca. Es cierto que, en nuestro país, la salida de la crisis, que se manifiesta con el cuarto año de fuerte crecimiento, no está llegando a toda la población. En unos casos porque el colectivo de desempleados, que todavía afecta al 16% de la población activa, no está viendo ningún beneficio de la recuperación. En otros, los que se han incorporado al mercado de trabajo con sueldos muy reducidos tampoco ven el panorama con optimismo.

Sin embargo, el crecimiento que muestra la economía mundial alberga la esperanza de que la expansión del ciclo económico termine por beneficiar a todos, si los gobiernos adoptan las políticas adecuadas.

El Fondo ha mejorado las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes y de los países desarrollados, tanto si se compara con el informe de otoño del pasado año, como con la última revisión llevada a cabo el pasado enero.

Para las economías desarrolladas prevé un crecimiento para este año del 2,5% y del 2,2% para 2019. La revisión al alza es generalizada, tanto para Japón como para la UE y es debida no sólo a los efectos desbordamiento de la economía de EEUU sobre el resto del mundo, sino también por la mejora de las condiciones domésticas en todo Occidente.

Dada la limitada capacidad de crecimiento a largo plazo de las economías occidentales -estimada entre el 1,5% y el 2%, dependiendo del país- las proyecciones para este y el próximo año significan que estaremos creciendo por encima de lo que lo haremos en el medio y largo plazo y, en consecuencia, no es sostenible.

EEUU va a continuar siendo la locomotora internacional, con crecimientos del 2,9% y del 2,7% para este y el próximo año. La rebaja fiscal a las empresas y la amortización acelerada de inversiones, impulsan la actividad empresarial que, además, se está expandiendo rápidamente en los mercados internacionales.

El Fondo no parece contemplar dentro de sus previsiones un empeoramiento del comercio mundial como consecuencia de las políticas proteccionistas anunciadas por Trump. Tampoco las consecuencias del Brexit parece que se consideren graves. Pero en la medida en que estos eventos sucedan, tendría lugar una revisión a la baja de todas las tasas señaladas.

Las previsiones para España son las que más han mejorado en el Outlook entre todos los países occidentales. De una tasa prevista en enero pasado para este año del 2,4%, se ha pasado a otra del 2,8%. Todas las economías avanzadas mejoran sus perspectivas, pero en un rango entre el 0,1% y el 0,2%, frente al 0,4% de nuestro país.

Tampoco en nuestro caso, parece que el Fondo esté asignando mucho peso al problema de Cataluña. Podemos estimar en solo un 0,1% negativo el efecto sobre el conjunto de la economía española.

Los retos económicos no acaban nunca. Tanto las economías occidentales como la española, empezarán el próximo año a moderar sus tasas de crecimiento. Ahora, cuando crecemos con fuerza, es el momento de llevar a cabo las reformas estructurales que nos permitan afrontar los problemas crónicos que padecemos con mayor solidez.

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