Economía

Prodiel lucha por salvar su negocio en la tormenta perfecta que sufre por el Covid

Miguel Somé, CEO de Prodiel, en la sede de la empresa en la Cartuja.

Miguel Somé, CEO de Prodiel, en la sede de la empresa en la Cartuja. / José Ángel García

El grupo Prodiel, uno de los emblemas de la industria renovable de Andalucía, está en crisis. Vive una tormenta perfecta que afecta de lleno a los negocios que desarrolla por la confluencia de distintas consecuencias económica provocadas por la pandemia de Covid-19: brutal alza de precios de los componentes para construir plantad fotovoltaicas –su especialidad– y del transporte de éstos, demora administrativa en los proyectos –tanto en la promoción como en la construcción– y fuerte incremento del precio de la energía, que afecta a su filial de comercialización de electricidad Energía Plus. Se trata de una coyuntura muy compleja que, destacan en Prodiel, afecta a todas las empresas que se dedican al negocio del EPC (ingeniería, compras y construcción por sus siglas en inglés).

La propia compañía admite que la situación es “muy complicada”, pero su CEO, Miguel Somé, aunque admite que el ejercicio de 2021 arrojará “importantes pérdidas –aún no está auditado–, aleja cualquier escenario de insolvencia: “Ni vamos a pedir preconcurso, ni mucho menos concurso”, afirmó rotundo ayer en conversación con este diario, palabras con las sale al paso de las dudas que el futuro de Prodiel está generando y que Somé atribuye al efecto de haber destruido empleo en los últimos tiempos en Sevilla.

Ciertamente, en el último año, Prodiel ha pasado de contar con 813 empleados a estar por debajo de setencientos a fecha de hoy (675 para ser exactos), lo que supone una reducción que roza el 17% de la fuerza laboral de la compañía.

Somé explica que antes de la pandemia, la gestión de la compañía se ponía de ejemplo, al tener una  cartera de obras de 2.600 millones de euros, con contratos a precio cerrado. Pero, precisamente lo que antes del Covid era una ventaja, ahora se ha convertido en un problema por el “incremento brutal del coste de las materias primas”.

Los componentes de los parques fotovoltaicos se fabrican con materias como el acero o el aluminio, que se han encarecido hasta un 30%. Y más grave aún es el incremento de los coste de transporte de esos componentes, que se mueven en contenedores que además dejan aire libre por la especificidad de la mercancía. “Los fletes de contenedores se han multiplicado por seis”, ahonda Somé, quien recuerda que esa situación no se ha estabilizado y que es un problema internacional para toda la industria.

A esos fuertes incrementos de coste, Prodiel suma los problemas que viven los “dos mercados core: Latinoamérica y Europa”. En América Latina tienen problemas de tipo de cambio, y en ambos la velocidad de ejecución de los proyectos en Latinoamérica se ha ralentizado. Somé enfatiza además los problemas que se viven con uno de los países donde tenían mayor crecimiento: México. 

El ejecutivo de Prodiel le pone cifras a esa ralentización: “Para el año 2021 teníamos prevista la contratación de 400 millones, pero sólo se han contratado 40”, apenas el 10%.

Somé no tiene dudas: “El año 2021 ha sido peor que el 2020, que en principio parecía el de más sufrimiento por la situación sobrevenida por la pandemia”.

Un tercer componente de esa tormenta perfecta es que el precio de la energía eléctrica se ha disparado y afecta a una comercializadora pequeña como Energía Plus, “que tiene márgenes pequeños”.

Renegocia la cartera de contratos y el préstamo sindicado, e intensifica la búsqueda de un socio

Para sobrevivir a esa tormenta perfecta, Prodiel está inmersa en una reestructuración, que no pasa sólo por reducir costes laborales, sino que está abordando los problemas a los que se enfrentan sus negocios.

Actualmente, Prodiel tiene una cartera de contratación de unos 2.400 millones de euros,  “que es necesario resanar”, porque ejecutarlos con el precio cerrado a los costes actuales provocaría el colapso de la compañía.

Somé sostiene que ese proceso de renegociación de contratos está avanzado en la línea correcta. Dos tercios de la cartera, unos 1.600 millones ya ha sido renegociada, y el CEO es “optimista”  (apostilla que lo es por naturaleza pero que además se basa en el trabajo que están realizando) respecto a que se pueda renegociar el tercio restante.

Esta renegociación no estaba prevista y hay que ir haciéndola contrato a contrato, porque no hay un mecanismo.

Somé señala que las grandes utilities, básicamente los principales grupos energéticos que compran proyectos promovidos por Prodiel, que los ejecuta también para éstos, sí lo están renegociando, porque “son más sensibles a esta situación, entienden el largo plazo y conocen perfectamente el negocio de la energía”. En cambio, admite el CEO, los  fondos, que son especialistas en el negocio financiero, “son más duros”. Aún, así cree que los 800 millones que quedan por renegociar se revisarán este año.

Prodiel, por tanto, en el negocio de EPC se planea que en 2022 se ejecute una parte pequeña de la cartera, porque la construcción se ejecutará a partir de 2023. Es más, pese a las dificultades que todos los operadores de este negocio están pasando, Somé cree que habrá tal avalancha de instalación de megavatios renovables, que “lo que van a faltar son epecistas”.

Prodiel quiere, por tanto, sobrellevar de la mejor manera posible 2022 a la espera de relanzar todos sus negocios a partir de 2023.

La empresa le da mucha importancia al negocio de la promoción, que se ha visto también afectado por la demora en la tramitación de nueve meses que ha supuesto el decreto de diciembre. “Es el negocio que nos da más margen”, dice Somé, que valora la colaboración que las administraciones –tanto el Gobierno como la Junta de Andalucía– para agilizar el cuello de botella de la tramitación.

Pese a ello, Prodiel ha abandonado el accionariado de DVP Solar, la empresa que en junio pasado constituyó con el fondo de inversión Everwood para el desarrollo a gran escala de proyectos de energías renovables.

Paralelamente, Prodiel está en proceso de renovar la financiación sindicada, que vence en abril, que tiene la compañía, que incluye préstamos –por unos 55 millones– y garantías –avales y factoring– para poder desarrollar el negocio EPC. El sindicato está formado por BBVA –que es el banco agente–, Santander, Caixabank, Sabadell, Bankinter, Ibercaja, Novobanco y Aresbank. La operación no supondrá elevar esa deuda, asegura el CEO.

El tercer pilar para sobrevivir a la tormenta perfecta que vive Prodiel pasa por completar la incorporación de capital, algo previsto en su Plan Estratégico.

Prodiel busca un socio con vocación de permanencia, preferiblemente industrial, que inyectase unos 300 millones de capital, tendiendo en cuenta que la valoración hecha por Lazard, Santander y BBVA, está entre 600 millones y 710 millones, según el modelo que se use, por lo que se haría con prácticamente la mitad del accionado. “Aún no está decidido si un 49% o un 51%”, explica Somé.

La búsqueda de nuevo capital persigue tener músculo para atender las “necesidades financieras incrementales” que vendrán con la masiva instalación de megavatios renovables.

“Seguimos buscando ese socio”, afirma Somé, quien añade rotundo que tiene “cero dudas” de que Prodiel logrará sobrevivir a esta tormenta perfecta que le ha sobrevenido por el Covid-19.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios