Paro y afiliación a la Seguridad Social

Sevilla suma 38.068 nuevos parados en 2020 y pierde 8.000 afiliados

Un comerciante cierra su  establecimiento durante la pandemia del coronavirus

Un comerciante cierra su establecimiento durante la pandemia del coronavirus / Juan Carlos Muñoz

Sevilla concluye un 'annus horribilis' para el mercado laboral de la peor forma posible. En el mes de diciembre es la segunda provincia en la que más se incrementa el paro, en 3.342 personas y solo superada por Barcelona. La práctica totalidad de los nuevos desempleados en diciembre son hombres, aunque en el conjunto del año salen peor paradas las mujeres.

Además, la provincia pierde 782 afiliados, algo que no sucedía en el último mes del año desde el fatídico año 2012. Desde entonces, en todos los meses de diciembre el número de cotizantes se había incrementado.

Este mal mes no hace sino poner la puntilla a un año en el que la provincia de Sevilla suma 38.068 nuevos desempleados respecto al cierre de 2019, un dato que invierte la tendencia de forma abrupta respecto a los años anteriores. Hay que remontarse a 2008 para encontrar una cifra peor (50.150 desempleados más) y ni siquiera en los terribles 2012 y 2013 la evolución fue más negativa. A 31 de diciembre, Sevilla cuenta con 225.856 parados, y hay que retroceder a junio de 2016 para encontrar una cifra más alta.

En todos los sectores sube el paro. El 60% del alza se concentra en servicios (23.175, un 18,5% más), pero el avance es inferior al peso de este sector en el mercado laboral (65%), quizás porque el hundimiento de comercio y hostelería se compensa con un mayor dinamismo laboral en sanidad y educación. En porcentaje, donde más crece el paro es en agricultura (37,2%, 4.246 personas), por el aumento de la demanda de muchos parados procedentes de comercio y hostelería y el estancamiento de la oferta de trabajo. Le sigue el colectivo sin empleo anterior (33%, 6.632 personas), en este caso por el efecto embudo de un mercado laboral que ha dejado de incorporar a nuevos trabajadores. Sufren menos la industria (+14,5%, 1.820 personas) y la construcción (+11,5%, 1.899).

Afiliación a la Seguridad Social

En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, también la tendencia es negativa, pero no tanto. Así, Sevilla pierde 8.000 afiliados (número redondo) respecto a 2019, el primer bajón desde 2014 y el mayor desde 2012, cuando se destruyeron 40.875 empleos. En diciembre, hay 746.776 afiliados medios a la Seguridad Social, un dato que, sorprendentemente, ya supera al de febrero (745.384), último mes prepandemia, pero que también indica que Sevilla sólo ha vuelto al punto de partida tras destruir casi 50.000 empleos en marzo y abril. 

Los trabajadores en ERTE suben de nuevo

Y además lo hace en unas condiciones en la que parte del mercado laboral está sometido a respiración asistida. El número de personas en ERTE vuelve a subir en diciembre, pese al alivio de las restricciones tras el Puente de la Constitución. Ya son 24.559, 2.807 más que en noviembre y 6.618 más que en octubre, mes en el que se llegó al mínimo anual de 17.941. A ellos hay que sumar los 11.931 autónomos que cobran alguna de las prestaciones extraordinarias con motivo del cierre o hundimiento de su actividad.

Eso significa que, en realidad, en Sevilla el número de personas que efectivamente trabajan son 710.286, 44.490 personas menos que en el final de 2019.

Tampoco los incluidos en ERTE son considerados parados ni los que se acogen a las ayudas de autónomos. Si fuera así, el número de personas desempleadas se dispararía en 74.558, cifra nunca vista en la estadística, y el número total llegaría a 262.346, la cifra más alta desde marzo de 2013, momento en el que se alcanza el pico de la anterior crisis. En cualquier caso, hay más de 260.000 personas que no están trabajando de forma efectiva, ya sea porque están paradas, en ERTE o, en el caso de los autónomos, en cese de actividad.

Por sectores de actividad, y sólo en el régimen general (sin incluir a los autónomos), solo la hostelería pierde 10.548 puestos de trabajo en un año, más que todo el mercado laboral de la provincia, donde se ha podido compensar este bajón con alzas en otros sectores. Tras hostelería, aparece muy lejos el comercio como sector más afectado, con 3.493 bajas y le sigue la industria manufacturera, con 1.584. Hay seis sectores más en negativo: agricultura (que no ha sido refugio esta vez), suministro de agua, actividades inmobiliarias, actividades artísticas y recreativas, actividades profesionales, técnicas y científicas y el trabajo doméstico, aunque en ninguno de los casos las bajadas son especialmente significativas.

En el lado opuesto están sanidad y servicios sociales (+3.487), servicios administrativos y a empresas (+2.611), información y comunicaciones (+1.182), educación (+949), construcción (+637), administración pública, finanzas y seguros, transportes y almacenamiento, etc. Sorprende, por otro lado, el buen comportamiento de los autónomos: hay 2.028 más que a finales de 2019, algo a lo que ayuda sin duda la prestación por cese de actividad, que impide que muchos se den de baja por las pérdidas que acumulan.

Esta situación de muchos sectores en positivo y otros muchos en negativo refleja claramente el desigual impacto de la pandemia en la provincia.

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