Conflicto agrario

Trabajo pone el foco en los problemas de los jornaleros en detrimento de los agricultores

Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, este viernes en la reunión de los sindicatos

Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, este viernes en la reunión de los sindicatos

El Ministerio de Trabajo, en manos de Podemos y competente en asuntos como el salario mínimo, ya ha comenzado a señalar cuáles son sus prioridades respecto a los graves problemas que atenazan al campo, y que han motivado que miles de agricultores estén saliendo a la calle en estos días, hoy mismo en Córdoba, Valencia y Asturias.

Así lo demostró este viernes al desconvocar a las organizaciones agrarias de una reunión que estaba prevista para hoy, y en la que iba a haber tres actores: el Gobierno -en la persona de la ministra del ramo, Yolanda Díaz-, los agricultores -a través de Asaja, UPA y COAG- y los sindicatos, UGT y CCOO. En teoría, una reunión de trabajo para profundizar en el diálogo social en el campo y abordar cuestiones candentes en lo laboral.

Sin embargo, a última hora de la noche Asaja, UPA y COAG fueron desconvocadas y se mantuvo la convocatoria para UGT y CCOO, al que se añadió -no se sabía que hubiera sido convocado- el SAT, el Sindicato Andaluz de Trabajadores, con Diego Cañamero al frente. Tanto Comisiones Obreras como UGT mostraron su malestar ante esta invitación, ya que, alegaron, la representatividad del SAT apenas alcanza el 1%.

Todavía quedaba una sorpresa más: la presencia del vicepresidente Pablo Iglesias, encargado por Sánchez de los asuntos sociales, posiblemente el factor que ha motivado los cambios en la convocatoria y el 'giro' de la reunión en exclusiva hacia la situación de los temporeros.

Lógicamente, las organizaciones agrarias pusieron el grito en el cielo, sobre todo por las formas, ante este 'plantón' sin explicaciones, y el Gobierno respondió que esta cancelación no era tal, sino un aplazamiento. Dicho y hecho: horas después de la convocatoria, se anunciaba una reunión sólo con las asociaciones de agricultores para el próximo martes.

A la reunión de Trabajo y sindicatos asisten Pablo Iglesias y representantes del SAT, mal recibidos por CCOO y UGT

Pero ya el mensaje está dado y se sabe cuál es la prioridad: atender los problemas de los jornaleros, que, por cierto, también son muchos. Por ejemplo, las malas campañas y los temporales del año pasado han generado que muchos temporeros no hayan trabajado los suficientes jornales para acceder al subsidio agrario, que sólo se aplica en Andalucía y Extremadura. Para obtenerlo, deben haber trabajado un mínimo de 35 jornadas en un periodo de 12 meses.

Trabajo dejó caer este viernes que el requisito se rebajará a 20 jornadas, pero de manera "coyuntural". Eso no es nuevo: ya se hizo, por ejemplo en 2013. La novedad puede estar en "la reforma a medio plazo del sistema de peonadas para garantizar que dé una cobertura más adecuada a los trabajos eventuales agrarios", se señala desde Trabajo. CCOO, en concreto, ha propuesto apostar por la figura del personal fijo discontinuo o establecer bolsas de eventuales para evitar la arbitrariedad en la contratación o el encadenamiento de contratos temporales.

Otro asunto clave para los sindicatos y para el Gobierno es el fraude laboral en el campo, que existir existe. Lo hay en la consecución de las peonadas -que se llegan a comprar, algo en lo que participan los propios trabajadores- y también hay una economía sumergida que hace daño aquella parte del sector, mayoritaria, que cumple la legalidad. 

El Gobierno ya estudia medidas y cambios legislativos para reforzar las competencias de la Inspección de Trabajo en el sector agrario. El Ministerio de Trabajo ha dejado claro que "no va a permanecer impasible" ante las declaraciones del relator especial de la ONU, Philip Alston, que afirmó que las condiciones de los trabajadores eventuales del campo de Huelva -se refería al sector de la fresa- eran "mucho peores que las de un campo de refugiados".

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